A
partir del siguiente comentario voy a extraer las ideas generales que la
teología de la Biblia nos ofrece sobre la Gracia. Como texto de referencia
utilizaré la obra de Ladaria: Teología
del pecado original y de la gracia.
1. La terminología de la gracia en
el Antiguo Testamento
Cabe destacar dos términos con un significado diferente
para entender lo que es la gracia en el Antiguo Testamento y que nos servirá
para comprenderlo en el Nuevo:
Por un lado está el verbo hanan y su derivado el
sustantivo hen, que vendrían a
traducirse por apiadarse u obrar bien con alguien. Es por tanto un término
profano, que posteriormente se va introduciendo en el lenguaje religioso. El
adjetivo derivado de este concepto sería favorable o gracioso y se le
adjudicaría, especialmente en los Salmos, a Dios como un atributo propio de su
persona. En cambio el sustantivo hen puede ser para Dios o para los
hombres y lo que se gana ante ellos.
Por otro lado nos encontramos
con el sustantivo hesed que significaría bondad, amistad o amor. Este término
es más común reservárselo a Dios, y al lenguaje religioso. Sería calificativo
de ese amor sin medida que impulsa el obrar divino y exige una respuesta por
nuestra parte, no porque se tenga que exigir, sino porque brotaría como
agradecimiento por la sobreabundancia. Cabe señalar que esta respuesta jamás
estaría a la altura de la gracia recibida. Unido a este sentido de gracia se
encuentra a sí mismo el término emet que se traduce por fidelidad.
En la Biblia griega de los LXX
el término hesed se traduce por misericordia y el hen por gracia.
Es la relación amorosa de dios lo que exigiría, teniendo en cuenta estos
conceptos, el saber que Dios elige a su pueblo por amor y que esta respuesta a
su amor jamás colma los beneficios que él ha tenido para con sus elegidos.
2. La «gracia» en el Nuevo
Testamento
El término χαρις significaría en el Nuevo Testamento la
benevolencia o favor que se da gratuitamente, contrario a todo aquello que se
debe u obliga. Cabe señalar que es un vocablo no utilizado ni en Mateo ni en
Marcos, en Juan aparece algo en sus escritos y en Lucas y Hechos no siempre es
utilizado con esta carga explicativa. Sin embargo en los escritos paulinos,
ocupará un significado central para designar la estructura del acontecimiento
cristo.
De esta forma podemos concluir que para Lucas en su obra
podemos encontrarlo con la significación veterotestamentaria del «favor» de
Dios. Pero también vemos que los predicadores del Evangelio son encomendados a
la gracia de Dios. En los Hechos se habla además del testimonio del «evangelio
de la gracia de Dios», es decir, de su amor y su benevolencia. A la gracia se
une el poder, la realización de signos y prodigio; será también el resultado de
la predicación, la recepción de la fe; el estar en la «gracia de Dios» querrá
decir tanto como permanecer en la fe del Evangelio. Por último la palabra del
Evangelio parece ser, para Lucas, la expresión del amor de Dios, de su
«gracia».
En Pablo será donde encontremos la mayor carga
significativa de este vocablo. Para él es lo más importante como estructura de
la salvación de Dios acontecida en Jesús, como aquello que se recibe sin
merecerlo. Al concepto de gracia se une la fe y ambas se oponen al solo obrar,
al concepto de obras. La gracia sería aceptar la acción de Dios y renunciar a
la autoafirmación del hombre. De igual forma, podemos afirmar que la gracia es
ser como Jesús y compartir la vida con Dios, en relación a él. Sería también
ser el propio Jesús, como un sustitutivo del nombre de Jesús por Gracia, su
propia persona es gracia; así como el poder de Dios es también para él gracia
que fortalece al hombre en su debilidad. Por último, la identifica a su vez con
la propia misión recibida. Pero en general es el don de Dios dado a los hombres
por igual
En los escritos joánicos, especialmente en el prólogo del
evangelio, aparece el termino gracia referido a la verdad. La gracia y la
verdad pueden entenderse como traducidos del hesed y el emet que se
veía en el apartado anterior. Por tanto la gracia es unida a un propio
calificativo de Cristo. Cristo es la verdad, el logos, la gracia, etc.
En resumen la gracia en el nuevo Testamento es un don
gratuito de Dios, es Jesús mismo, su persona, y a la vez la propia actitud del
creyente que está unido a él. Por tanto es algo que se recibe de Dios y no se
agota con el propio obrar humano. La definición final sería que la gracia es el
acontecimiento gratuito de la salvación escatológica en Jesucristo, que es la que
es la autocomunicación radical del Dios trino, y la inclusión del hombre (y, en
su medida, del mundo), otorgada también gratuitamente por Dios, en este
acontecimiento mediante la participación en la vida del mismo Jesús.
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