lunes, 9 de octubre de 2017

Comentario a las obras principales de Martin Lutero

Esta año se conmemoran los 500 años de la publicación de las 95 Tesis de Lutero por las que se podría decir que comienza la fundación de la reforma protestante, que culminaría con uno de los cismas más extendido y controvertido de la Iglesia Católica. Por medio de este artículo, pretendo acercar un poco al lector a la persona y obras más importantes del monje agustino, Martín Lutero.
Martín Lutero (1483-1546), reformador religioso alemán, considerado como el impulsor máximo de la Reforma protestante. Era natural de la región de Sajonia, Lutero fue un monje agustino y un teólogo formado en las doctrinas nominalistas (Ockham, Biel, Staupitz) y en las lenguas bíblicas. Comenzó enseñando Filosofía y textos sagrados en la Universidad de Wittenberg. Su obra como reformador empieza con su acto de denuncia pública, conocida como las 95 tesis, en 1517. Posteriormente redactó tres opúsculos de denuncia: De captivitate babylonica ecclesiae, De libertate christiana y A la nobleza de la nación alemana, las tres en 1520. Tras estas obras será excomulgado, pero seguirá impulsando sus ideas y proyectos de reforma de la Iglesia con obras como de los votos monásticos, que también se comentarán en este escrito. Aunque su mayor logro será la traducción de la Biblia al alemán entre 1534 y 1545). Gracias a esto dio forma y unificó la lengua alemana. Además apoyándose en la fuerza de una teología antifilosófica y cristocéntrica, proclamó el sacerdocio de todos los creyentes. Expuso una teología de la cruz, reformó la liturgia, reconoció tan sólo dos sacramentos procedentes de Cristo (el bautismo y la eucaristía), defendió la consubstanciación en lugar de la transubstanciación y estableció la doctrina de los dos reinos en lo relativo a las relaciones Iglesia-Estado haciendo prevaler.
A continuación se hará un breve comentario de las principales obras de Lutero:
Las 95 tesis (1517): Es el nombre popular que se les ha venido a dar a las “Disputatio pro declaratione virtutis indulgentiarum” que en 1517 escribiera Martin Lutero. Se las considera el documento central de la Reforma protestante. Su título completo al castellano sería: «Por amor y celo por aclarar la verdad, estos artículos escritos a continuación se debatirán en Wittenberg. El reverendo padre Martín Lutero, maestro de artes y de teología sagrada, y profesor oficial en Wittenberg, hablará en su defensa. En el asunto solicita: Que aquellos que no puedan estar presentes para debatir con nosotros en discurso, aunque estén ausentes de la escena, traten el tema por correspondencia. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén». El documento pasa a enumerar 95 abusos que cometían por aquel entonces el clero, sobre todo en relación con la venta de indulgencias (pago de remisión de las penas de los pecados terrenales. La intención de Lutero era utilizar las 95 tesis como base para un debate académico, pero su acusación de las prácticas de la iglesia se extendió rápidamente, gracias al entonces nuevo avance de la imprenta. Por esta causa a finales de 1517, se habían publicado tres ediciones de las tesis en Alemania, en Leipzig, Nuremberg y Basilea, por impresores que no proporcionaron sus nombres. Se estima que cada una de esas primeras ediciones tenía alrededor de 300 copias, de las cuales muy pocas sobrevivieron a la posterior persecución y condena de las mismas. Estas ideas hacen que se empiece a valorar el nombre de Martin Lutero y se propaguen sus condenas de los desfases públicos de la Iglesia, especialmente la jerárquica.

A la nobleza cristiana de la nación alemana (1520): El primero de los escritos de Lutero surgido en el verano de 1520 fue este manifiesto titulado: “Una carta abierta a la nobleza cristiana de la nación alemana referente a la reforma del estado cristiano”. Se trataba de un llamamiento a los dirigentes de Alemania, al emperador Carlos V, a los príncipes y a los caballeros, y a las grandes ciudades imperiales. El texto comienza con una advertencia solemne a los gobernantes en el sentido de que no debían imaginar nunca que la reforma de la Cristiandad pudiera lograrse mediante la fuerza de las armas. A la vez que Lutero afirmaba que el enviar a las personas a la hoguera no era obra del Espíritu, sino que era el demonio quien impulsaba a realizar estas acciones. Lutero contrapuso lo que denominaba los tres muros del romanismo –la pretensión papal de poseer una jurisdicción superior a la del poder temporal, su pretensión de tener el único poder para interpretar la Escritura y la pretensión de tener la única autoridad para convocar un concilio general-  la tesis teológica del sacerdocio de todos los creyentes y la social del bien común que debe ser sometido a la fiscalización de todos. El sacerdocio común de los creyentes, surgido del bautismo y de la fe cristiana, sitúa en pie de igualdad a todos los cristianos, de tal manera que cuando un obispo es elegido debería ser en igualdad y no por su condición noble social, llegando a afirmar que el obispo debería ser elegido por aclamación popular como en los primeros siglos. Así mismo tenía una visión negativa del poder, al opinar que los gobernantes no corruptos eran excepcionales y que estaba seguro de que el poder corrompía. Sin embargo, pensaba que la tarea de la reforma tenía que ser llevada a cabo y si no la emprendían las autoridades eclesiales, serían las políticas las encargadas de ello. Este texto se difundió rápido con un efecto extraordinario. Con la peculiaridad de que estaba redactado en la lengua del pueblo, expresaba todo en términos sencillos y ponía por escrito y de manera articulada lo que muchos pensaban.

Preludio en el cautiverio babilónico de la Iglesia (De la libertad cristiana y la cautividad babilónica de la Iglesia) (1520): Integrante de la trilogía de los grandes escritos reformadores junto con el Manifiesto a la nobleza alemana, ya comentado, y el tratado sobre la Libertad del cristiano. Este escrito surge como respuesta a los ataques de A. Alfeld, viejo adversario del profesor, y dirigido contra el cautiverio de la iglesia de Roma. A diferencia del anterior lo redactó en latín y estaba dirigido no al pueblo llano sino a los humanistas y al clero. Su enlazaba con una corriente de pensamiento que había comparado desde hacía siglos la decadencia de la iglesia católica con el destierro que había sufrido el pueblo de Israel en Babilonia. Así mismo se comparará el cautiverio de Babilonia con la época del papado de Aviñón. Sostiene en el texto que la Biblia debe ser la base de la vida de la iglesia. A partir de ahí, Lutero indica que, propiamente hablando, por lo tanto, sólo pueden existir dos sacramentos, el Bautismo y la Santa Cena, porque son los únicos de los que hablan las Escrituras, los que Jesús en persona instituyó. Aunque cabe decir que no niega el matrimonio, la confirmación o el orden, pero no los considera sacramentos en la medida en que Cristo no los instituyó como tales. Además apoyándose en la Biblia, especialmente en la carta a los Corintios, llega a cuestionar las bases de la doctrina católica de la eucaristía, como por ejemplo la transubstanciación. Se referirá a la Biblia para indicar que los cristianos participaban del pan y del vino, y no sólo del pan como era práctica en la época, promoviendo la comunión en las dos especies. Estas prácticas y teologías no se promocionaban porque la Iglesia estaba sometida al cautiverio espiritual de Roma. La cual, en lugar de sujetarse a lo que indicaban las Escrituras, había añadido sacramentos que carecían de base bíblica y había trastornado la naturaleza del bautismo y de la Cena del Señor

La libertad del cristiano (1520): Es el tercero de los llamados escritos de reforma, cuyo tema es la liberación del cristiano en virtud de la fe. Aquí defiende Lutero 30 tesis, sobre la libertad del cristianismo. Martin Lutero critica que la Iglesia tuviera el poder de ordenar jerárquicamente la salvación de los fieles, ya que la mayoría debían contentarse con la salvación en la otra vida, mientras en esta eran sometidos a penurias. Apoyándose en las cartas paulinas, afirmará que la justificación del cristiano está en la fe y no por las obras como afirmaba la Iglesia. Este texto se le envió al Papa que lo contestó con la excomunión a Lutero y la condena de todas sus obras.


De los votos monásticos (1521): Es un ataque de Martín Lutero a la vida monástica. Lanzado tan solo cuatro años después de que publicara sus famosas 95 tesis en Wittenberg, la obra es un componente importante de sus planes más amplios para la reforma de la Iglesia cristiana. En este folleto, que fue escrito durante su estadía en el castillo de Wartburg el reformador sostenía que los monjes y las monjas podían violar sus votos sin cometer un pecado, ya que estos votos eran inválidos. 

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