lunes, 9 de octubre de 2017

EL ORIGEN Y LA UNIVERSALIDAD DEL PECADO EN LA BIBLIA

A partir del siguiente comentario voy a extraer las ideas generales que la teología de la Biblia nos ofrece sobre el origen y universalidad del pecado. Como texto de referencia utilizaré la obra de Ladaria: Teología del pecado original y de la gracia.

1.       El origen y la universalidad del pecado en el antiguo testamento:
-          Génesis 2-3:
El relato del génesis no presenta un pecado que se herede o se genere entre una generación y la siguiente. Son pecados personales que terminan contagiando a la comunidad y que rompen la relación ideal con Dios.
De esta manera podemos fijarnos en el relato que el autor yahvista nos presenta en el libro del Génesis capítulos 2 y 3. Nos presenta una situación en el que la humanidad se encuentra en un estado de paz (alianza) con Dios. Fruto de este estado habitan en el paraíso y viven con libertad su relación con Dios. Pero este estado primero de paz es roto por la caída que afecta a la relación misma del hombre con Dios. De esta forma aparece como una fuerza externa al hombre y contraria tanto a él como a Dios, simbolizado en la serpiente (Posteriormente se la identificara con el demonio aunque el génesis no apunta en esa dirección). Esta fuerza contraria a Dios y al hombre (la serpiente) aparece antes incluso del pecado humano. El problema que resulta de su acción es que la mujer y el hombre quieren ponerse en el lugar de dios y esto hace que se sientan desnudos ante el que han querido usurpar de su sitio. Esta desnudez simbolizaría la desprotección y la falta de autoridad que el hombre libremente pierde al intentar compararse con Dios.
Cabe señalar que ya desde el principio, la Biblia nos presenta el pecado como algo comunitario. Pues no peca solo la mujer o el hombre. Ambos están condenados puesto que ambos cometen la misma falta. Sin embargo Dios solo maldice a la serpiente, no a Adán ni a Eva. A ellos, simbolizando la humanidad, no les retira, a pesar de su pecado, la protección divina. Aunque la relación entre Dios y los hombres se rompe y fruto de ello los beneficios que esta tiene (Paraíso).
Por ultimo nos indica el génesis que el pecado contra dios conlleva el mal contra el hermano (Caín y Abel) y después ante la acción de Dios se ve siempre que el hombre rompe su relación con Dios, a pesar de sus renovadas fuerzas de que el hombre no caiga. Es el caso de Noé o de Abel, donde vemos que a pesar de actuar dios el hombre siempre cae rompiendo su alianza. Aunque Dios no abandona sus promesas y alianza de relación se ve aumentada; en Abraham se potencia esta acción salvífica de Dios contra el pecado.
-          El origen y la universalidad del pecado en el resto del Antiguo Testamento:
En el apartado anterior se ha visto la visión del autor yahvista (y) en el génesis, pero también se ha de señalar la visión de otros autores como el deuteronomista (d) o el elohimista (e). Estos han ido colocando el pecado como algo orientado no tanto a un origen primero del hombre universal, sino desde la óptica del estado de Israel como patria y comunidad. Para ellos el primer pecado como ruptura de Dios y su alianza se llevaría a cabo en el desierto con la desobediencia a los designios y promesas de dios. Después de este se sucederían una serie de pecados que tendrían un origen en el sentir del pueblo y en su actuar, como la petición de un Rey en menoscabo a la acción de Dios (1 Sm). Los profetas también acusaran a los hijos de Israel e continuar con los pecados iniciados por sus padres, aunque no se dice que se hereden sino que se continúan en las mismas acciones.
Es en los escritos sapienciales donde se vislumbra ya una universalidad del pecado que hace ver una situación previa al de la libertad del ser humano. Lo cual indicaría ya una pequeña noción de un pecado no solo universal sino que estaría en la propia estructura del hombre. Aunque será el autor sacerdotal (P) el que desarrollará con más fuerza esta idea de origen en el hombre como pecador. Se ven en sus escritos como Dios tiene delante una humanidad rota por el pecado de manera universal.
Hay por fin en los escritos del antiguo testamento una referencia a Adán como causante de un pecado original al unirse en el génesis los relatos del autor yahvista y sacerdotal. Al haber unión entre el origen del mal en la desobediencia de dios y el concepto de universalidad.
Como conclusión a este epígrafe, podemos decir que aunque en unos relatos se ponga a la humanidad entera o solo al pueblo de Israel como originante del pecado, cierto es que hay un atisbo de universalidad. El problema es que el hombre peca, rompe su alianza con Dios, y se separa de él. Está afirmándose además que hay un momento histórico y comunitario que se va extendiendo a todos. Queda claro así mismo que hay pecados que si se pueden transmitir pero también es clara la acción de dios que reparte gracias y bendiciones a los hombres.

2.      La universalidad del pecado y su origen según el Nuevo Testamento.
-          Los sinópticos y Juan:
Según los evangelios se puede observar que existe una solidaridad en el pecado, o por lo menos una transmisión del mismo en el incumplimiento de las promesas. Así por ejemplo en la parábola de los viñadores homicidas se recalca como generación tras generación el pueblo ha ido dando muerte a los diferentes profetas de dios. Hay por tanto un pecado, que aunque no se explica en origen, si se ha visto de edad en edad.
En cuanto al evangelio de Juan es significativo que Jesús viene al mundo para liberar del mal del mundo, en un sentido negativo. Se entiende por tanto, que existe una universalidad del mal a todos los hombres para la cual Jesús ha venido a liberarnos.
Así mismo podemos decir, que en el Nuevo Testamento el concepto de pecado es algo general, puesto que recorre a todos los hombres desde la acción del diablo. Este diablo es el que hace que el hombre peque, que sería el apartarse de Dios; algo que se ha dado con los profetas y en el momento evangélico con el propio Jesús.
-          La teología paulina
Para Pablo el pecado no es la suma de pecados individuales que termina creando un pecado mayor, que es el pecado del mundo y por el que todos estamos contaminados. Sino que es algo general por ser parte de la propia naturaleza del hombre. El hombre de manera natural posee el pecado y se impulsa a él.
Para pablo será fundamental el paralelismo Adán-Cristo para entender la solidaridad del pecado y de la gracia y como se extiende tanto el mal como el bien. Cabe señalar que Adán representaría la muerte mientras que cristo es la resurrección de los muertos. Uno representa un dinamismo de muerte y pecado mientras que el otro es su antítesis de vida y salvación. Algo que afecta a todo el mundo ya que tanto judíos (a pesar de la Ley) como gentiles son pecadores y solo se podrán salvar por Cristo.
La acción de una sola persona repercute en el mal o el bien de los demás, es un principio de solidaridad entre los hombres que impulsa en el obrar. Pablo nos dirá que por un solo hombre entro la fuerza del pecado, con una clara referencia a Adán, y fruto de esta fuerza existe la muerte. Por tanto, para él el pecado es algo que no se comparte, es individual, lo que hace colectivo es que desde Adán hay una fuerza interior que impulsa al hombre a pecar y trae como consecuencia el morir.
Lo que él llama la fuerza del mal, es la unión del pecado de Adán mas el pecado individual de todos los hombres que impulsa por solidaridad a unos y otros al pecado. Puesto que aunque el pecado entró en el mundo por Adán, también cada hombre individual (judío o no) ha seguido ratificando este primer pecado con su acción y fomentando además la fuerza de este mal que pasa de unos a otros.
Aunque este dinamismo oscuro y negativo, es superado por la Gracia de Cristo que es más fuerte que el mal y su fuerza de muerte. El hombre se inserta por tanto en dos dinamismos, escoger el camino del mal o del bien. Ambos con sus fuerzas e impulsos que lleva al hombre a tener que decidir por cual se deja llevar. La gracia es el poder que Dios ha introducido en el mundo para compensar el mal y que entra a través de Cristo que libra de los pecados personales e individuales así como de la fuerza del pecado, al insertarnos en su reino de salvación que es la Iglesia.

En resumen podríamos concluir afirmando que los pecados individuales, junto con el pecado primero de Adán, conlleva a la existencia de un dinamismo de muerte, una fuerza, que conduce a los hombres en general, a toda la humanidad, a la perdición, a la continuación de la muerte y el pecado. El pecado es el alejamiento de Dios/Jesús y el renunciar a su fuerza que es la resurrección y la Gracia. Por tanto hay que seguir en la obediencia a Jesús que impulsa a un dinamismo de Gracia y salvación que libera a la humanidad de estar encerrada en la condenación del pecado.

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