domingo, 19 de agosto de 2012

Opinión sobre la expropiación de REPSOL


Lo único que necesitaba la mal trecha economía española es que un estado comenzara a intentar solventar sus deudas a costa de expropiar las empresas de nuestro país en el extranjero; y esto es lo que ha ocurrido con la expropiación de Repsol por el Estado Argentino.

Pero lo serio de este asunto radica en tener que considerar que al expropiar Argentina se está entregando una carta de libertad a otros Estados para poder hacer lo mismo. De hecho el estado Boliviano ya ha seguido la senda de Argentina y ha expropiado la filial de Red eléctrica española. Esperemos que sea el último caso de expropiación y no debamos de lamentarnos con más sucesos como estos.
El problema que encuentro de la expropiación es que el dinero que se paga por la compañía es muy inferior al que debería de ser, ya que el Estado cataloga las acciones a la mínima y paga un precio insuficiente por la expropiación. Quedando además al poder de una compañía tan importante como es Repsol en Argentina y con el suministro de petróleo controlado.

Esta acción que puede ser considerada de usureros y ladrones de guante blanco, ha de tener una respuesta inmediata por España y la Unión Europea, para evitar episodios de propagación de la medida como ha ocurrido en Bolivia. Las medidas que se han de adoptar pasan a lo mejor por la ruptura de relaciones comerciales con Argentina, o por la suspensión de los beneficios económicos que gozaba el país con la Unión Europea. Otra de las medidas que se me ocurriría, aunque más radical y en la política internacional se ha de ser cauto, es el cierre inmediato de todas las oficinas consulares y embajadas de España en Argentina, así como la retirada de todos los acuerdos internacionales en los que participe España y se beneficie al país americano.

Lo único claro de todo este asunto, es que el caso Argentina es una herida que se abre no solo a nuestra economía, sino que ha nuestro propio amor patrio. Por lo tanto hay que poner los pies en la pared y remediar este suceso antes que otros países de la zona intenten sendos procedimientos contra España o algún país de la Unión. Siempre teniendo en cuenta que los beneficios de nuestro país han de estar por encima de los de cualquier empresa, y a lo mejor nos sigue conviniendo mantener relaciones con Argentina, a pesar de que nos la haya jugado.

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