Lo más característico de la
ilustración en el pensamiento político es la influencia que obtiene una nueva
forma de gobierno nacida en el seno de las monarquías absolutistas europeas, el
llamado despotismo ilustrado.
Esta forma de gobernar se puede ver
resumida en la máxima: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo” con la cual se
buscaba desde las monarquías absolutistas crear una conciencia de pueblo por el
que se justifican las acciones de la corona, de manera que las acciones,
acertadas o no, del monarca deberán de conducirse al interés y bienestar del
pueblo.
Aunque habría que señalar que esta
es la justificación que se realiza desde las casas reales europeas, para poder
mantener su poder después de las revoluciones del pueblo que empezaban a
desestabilizar las acciones de sus gobiernos. En siglos anteriores la corriente
de pensamiento versaba sobre el poder y como mantenerlo, a partir de esta etapa
el tema será cómo satisfacer al interés general, y de qué manera se cataloga lo
que pasa a estar en esta definición y lo que no.
Por ello vemos que tras la
revolución inglesa de 1688 se inaugura una nueva filosofía política, aquella en
la que el monarca absoluto empieza a preocuparse de sus súbditos y por lo tanto
toma conciencia de Estado como conjunto de población existente en un territorio
acotado con fronteras y dentro de los cuales tiene valor la soberanía del
monarca.
La revolución inglesa llamada la
Gloriosa, será el acontecimiento que dé lugar a lo que se pasará a denominar el
siglo de las luces y que concluirá como acontecimiento culmen de este periodo
histórico con la revolución francesa. Siendo ésta revolución, la que acabe con
las monarquías absolutistas y comience a dotar a los estados de Constituciones.
Pero para entender ese paso del puro absolutismo al constitucionalismo inicial,
primero hemos de andar cautos por este siglo de las luces y la razón, que dotó
a Europa de una conciencia diferente de la que hasta ahora se había tenido.
En este siglo, que dista desde 1688
a 1789, nos encontramos con que las corrientes del pensamiento abandonan una
edad de oscuridad y razonamiento enmarcado dentro de la escolástica medieval, y
comenzamos a realizar una emancipación de lo civil y lo religioso, pudiendo dar
a la razón un lugar que no ha de ser explicado desde el fenómeno religioso.
Comienza por lo tanto una secularización del pensamiento que se va a
cristalizar en las artes, en la literatura, en la música y por supuesto, en el
pensamiento político.
Este giro en el pensamiento y
corpus de las ideas políticas hace que las grandes casas reales europeas
comiencen a sentir el paso de la revolución por sus puertas y será, como se ha
indicado, en la revolución gloriosa, que tomen conciencia de peligro hacia sus
status, teniendo que reformularse a sí mismas, para poder mantener el poder en
sus dominios. De esta forma nace como respuesta a la ilustración y sus cambios,
el ya citado despotismo ilustrado. Éste no es otra cosa que tomar los inicios
de la ilustración y enmascarar al absolutismo de ellos. De ésta forma hacer ver
al pueblo que ellos son una necesidad del monarca y que por lo tanto éstos son
necesarios. Como ya sabemos esto consiguió alargar el poder absolutista en
Europa un siglo más, aunque los avances científicos y culturales, se vieron
favorecidos durante este período, sin que el trasfondo absolutista adornado de
razón y luces, pudiera hacer nada por frenarlo.
Así que las absolutas monarquías se
verán obligadas a separar sus poderes, perdiendo por tanto en un primer momento
su espíritu absoluto, en pro de ésta bienintencionada ilustración. También el
poder civil subordina al religioso, lo que provocará el enfado del clero en
varios Estados y la rápida respuesta del Papado de Roma que ve peligrar sus
privilegios en varios Estados. Así como en el siglo anterior el cisma de la
Iglesia romana obliga a crear una contrarreforma del protestantismo, ahora es
la independencia de iglesias nacionales las que le obligan a crear institutos
regalistas para salvaguardar cierta independencia entre el clero local y los
gobernantes nacionales, y a la vez la relación de los poderes con el del
Pontífice romano.
Aparece también un nuevo concepto
político, el contrato social, que tendrá a su máximo exponente en Rousseau,
aquí vemos una nueva forma de gobernar por medio de un vínculo existente entre
el ciudadano y el monarca que ha de ser respetado por ambas partes. Esto da
base a un inicio del socialismo utópico que tendrá que ser cristalizado por
pensamientos posteriores pero que ya empieza a tener una base en este
contractualismo que rompe con lo anteriormente conocido y dota al estado de
éste nuevo cauce de poder tan particular.
Pero para entender lo que supuso al
pensamiento político la ilustración y como se fue transformando la política
desde un absolutismo imperante a una revolución americana, primero y después,
francesa, pasando por un despotismo real hacia los discursos que se construyen
con la falsa de servir al interés general, es necesario que veamos de manera
breve a los principales protagonistas de éste álgido periodo histórico que
serán los responsables de prender la mecha de la revolución liberal posterior
al siglo de las luces.
Antes de empezar con los autores
sería muy interesante observar que en este siglo comienza a publicarse la
Enciclopedia que recogía todos los saberes existentes hasta el momento en
Europa y que va a suponer uno de los grandes hitos del pensamiento en la
historia. Uno de los autores de ésta magnífica obra afirmó: “La guerra es el
arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos” (Jean Le Rond,
d`Alembert). Pues con esta afirmación veamos que supusieron los autores del
momento para la Ilustración en el pensamiento político:
-
JOHN
LOCKE (1632-1704)
A John Locke se le considera el
padre del liberalismo moderno, ya que es el primero que comienza a distinguir
la libertad individual de los derechos colectivos del Estado. Llega incluso al
punto, de separar la religión como asunto libre y propio de la conciencia
privada del individuo sin que deban de afectar estas religiones a la política
del Estado. El individuo en la esfera privada es libre de hacer lo que le
plazca, sin que el Estado tenga que intervenir en estos asuntos.
Para Locke el poder del Estado
emana del pueblo, es decir, son los sujetos y objetos de la política, ya que
toda función del Estado se debe a la existencia de un poder proveniente del
mismo pueblo. Considerando también que el Pueblo goza de una serie de
principios que le son anteriores al Estado, y que por tanto deben ser
defendidos frente a la autoridad estatal. El pensamiento de Locke nos dirá que
antes del Estado el pueblo ya contaba con la propiedad, la vida, la libertad y
la felicidad, y éstos son considerados derechos naturales del Ser Humano que
han de ser defendidos por el Estado, y que además se pueden reivindicar sus
defensas contra atropellos del propio Estado hacia alguno de ellos.
En la filosofía de Locke ya se
puede apreciar un pequeño adelanto a Montesquieu cuando apuesta por la
separación de poderes en dos: Ejecutivo y Legislativo. A cada uno de ellos les
da un representante que lleve a cabo sus funciones, en el caso del legislativo
es el Parlamento y en el caso del ejecutivo el Monarca. Las leyes que emanan de
ese legislativo se consideran voluntad del Pueblo y por tanto, como sujetos de
los Derechos naturales antes comentados, todos está sometidos a las leyes
parlamentarias, incluido el propio monarca que ya no se halla por encima de la
Ley sino que es englobado dentro de la misma. Por lo tanto el poder del
Parlamento se encuentra a su vez limitado por los propios Derechos naturales
que les son inherentes al Ser Humano.
Locke opina que el estado de
naturaleza del ser humano solo ha de ser alterado por su entrada en la
sociedad, en el Estado. Para ello se ha de acordar un contrato que le vincula
en su relación de cesión de libertad hacia el propio Estado, que existe para en
la medida de lo posible suavizar los roces existentes entre todos los
individuos de la sociedad, ya que cada ciudadano tiene intereses divergentes y
formas distintas de alcanzar la felicidad que puede entrar en contacto con los
métodos de otros, para ello está el Estado que debe de vigilar que no haya
malestares entre las distintas facciones de la sociedad que buscan su propia
felicidad. Por tanto la autoridad del poder solo existe mientras no haya
violaciones de los Derechos naturales.
-
JEAN-JACQUES
ROUSSEAU (1712-1778)
El nombre de Rousseau va
inherentemente unido al del contrato social, como se ha visto anteriormente él
no es el primero que comienza a hablar de Contrato Social, aunque si fue el que
más desarrolló la idea contractualista.
Sus obras están muy marcadas por la
conciencia de contrato vinculante entre los hombres y la sociedad en la que
viven, además desarrolla de manera muy marcada la diferenciación entre lo que
cada parte del contrato ha de cumplir para que se realice de manera plena el
contractualismo.
Gracias a este contrato el poder se
rige por la voluntad general de los individuos que esperan que se realicen
ciertas acciones que siempre cumplirán los principios de las leyes naturales
como garantía de la constitucionalidad. Por lo tanto a partir de Rousseau se
considerará la existencia de un Estado por medio de la creación de un corpus
normativo que en forma de contrato garantice la acción de la sociedad y del
Estado.
La soberanía nace de ese contrato
social y emana del pueblo, es decir, un poder puede considerarse como tal en la
medida que la soberanía del pueblo se cristalice en ese contrato social, dónde
quedan plasmados estos principios. Cabe señalar llegados a este punto que para
Rousseau cualquier forma de gobierno es válida siempre que se cumplan los
principios, por este motivo no se deben condenar los diferentes modelos de
gobierno como perversos siempre que nazcan de la soberanía del pueblo de querer
regirse de esa manera, y por tanto queda inscrito en el contrato social.
Esto se debe a que el contrato
social no cierra ningún tipo de gobierno, ni siquiera sirve para formar este
gobierno. Sino que el contrato regula una serie de leyes que fijan las reglas
generales de la administración y a la vez es la constitución del pueblo con su
forma de gobierno, sea la que sea. Esta concepción política deja a la razón la
decisión de unirse en sociedad y abandonar el estado de naturaleza, a partir de
ese momento es el propio individuo el que desde su razón se regula como parte
de la sociedad, como sujeto político cuya vinculación al sistema se produce por
la propia búsqueda del ideal de felicidad de manera asociativa y no individual.
Para Rousseau hay que diferenciar
tres tipos de leyes que emanan de la voluntad general, que a diferencia de la
voluntad común, siempre serán buenas:
ü
Leyes fundamentales o políticas: establecen las
relaciones entre los individuos y el gobierno.
ü
Leyes civiles: completan las relaciones entre
individuos y del individuo con una masa de éstos
.ü
Leyes criminales: son las que existen para
regular la convivencia de las leyes entre los individuos y la penalidad por no
cumplirlas.
Estas tres categorías de leyes han
de ser iguales para todos los hombres de un Estado, con indiferencia de cómo se
regulen las conveniencias particulares de los individuos. No se han de hacer
diferenciación en la aplicación de la ley y ver como se regulan las relaciones
desde el punto de vista de la sociedad, nunca desde el estado salvage, al que
en principio se ha de culpar de los males sociales, es decir, de la desigualdad
entre los hombres, fruto de su espíritu salvaje.
Para evitar el mal, el hombre ha de
estar formado y de ahí que la apuesta de Rousseau se vea orientada al estudio
para apaliar el estado de naturaleza que convierte al hombre en un salvaje que
busca sus propia satisfacción y carece de sentido de comunidad, siendo el gran
fallo de la sociedad obviar la propia formación del individuo para amar a su
sociedad.
-
CHARLES
LOUIS DE SECONDAT, SEÑOR DE LA BRÈDE Y BARÓN DE MONTESQUIEU (1689-1755)
Montesquieu es el gran organizador
de los poderes, a él se le debe nuestra contemporánea concepción de la división
en tres: Legislativo, ejecutivo y judicial. Lo sorprendente de estas ideas es
que son el resultado de una plasmación más detallada de las tesis de John Locke
y en las cuales Montesquieu quiere hacer ver una nueva forma de entender la
filosofía política, en la cual el monarca no concentra todo el poder, sino que
éste ha de ser repartido entre el pueblo y el monarca quedaría como un pequeño
rescoldo de su soberanía inicial ocupando el solícito poder del ejecutivo.
Montesquieu aporta a la filosofía
un estudio detallado de realidades y datos para justificar su pensamiento
inicial. Es un empirista raudo que busca aportar a sus modelos los
condicionantes que hacen diferente a cada organización social. Dentro de su
empirismo él busca aportar a la realidad social los mejores datos obtenidos de
su estudio y análisis pormenorizado de la situación social.
Una vez que ha conseguido sus datos
más característicos, los ha analizado y los ha consensuado, se ha de entregar a
dar una respuesta desde la sociedad a los acontecimientos que ocurren en cada
momento y lugar. Busca una explicación lógica a lo que ocurre según la razón
humana, de esta forma se obtienen las tipicidades de cada sociedad, que al
final se pueden resumir en unas leyes generales que otorgan un sentido claro de
lo que ocurre. El ser humano tiene un patrón de conducta, según Montesquieu, en
el que se puede crear un sentido claro de la existencia en sociedad del
individuo.
-
THOMAS
PAINE (1737-1809)
De Paine se puede caracterizar que fue
el primero de estos autores que junto con el liberalismo político, defendió
además un tipo de gobierno característico, la democracia. Así como hemos visto
en los anteriores que el sistema político les era indiferente teniendo la
razón, la separación de poderes, el contrato, etc., para Paine hay que ir más
allá y será la Democracia el único sistema que garantice los principios de la
filosofía política liberal.
Además de Paine se puede decir que
era un radical en sus planteamientos, ya que buscó en sus obras el sembrar el
germen democrático a través de escritos bastante agresivos y subversivos en los
que arremetía contra el sistema, pudiendo ser considerado incluso como una
especie de antisistema. De hecho su modo de presentar los planteamientos
políticos y de extender su filosofía era a través de panfletos que distribuía por
las ciudades.
Para él, el liberalismo y la
democracia eran fruto del sentido común, de cual se desprende que el hombres es
libre y como tal puede organizarse libremente. Pero el contrato entre hombres y
poder nace de los propios hombres en igualdad y éstos deben ser los que ocupen
los poderes sin favoritismos ni superioridades. De esta forma la figura del
monarca carece de sentido de ser, ya que es de sentido común que los hombres
nacidos iguales sean iguales para ocupar los cargos públicos, y al utilizar el
mecanismo de la democracia se les permite cristalizar su soberanía a través de
la elección de representantes.
Por último señalar que desvinculó,
en su obra “common sense” (sentido común), el sentido de poder político hasta
entonces imperante que se caracterizaba por estar vinculado a la religión, la
cultura, la costumbre, el honor, para Paine es el momento de que la política se
base en el sentido común y en la política avalada por la razón.
-
ADAM
SMITH (1723-1790)
Este autor es considerado el padre
del liberalismo económico, ya que otorgó al pensamiento liberal de la época una
vinculación a la economía que le hace ser precursor no solo del liberalismo
económico sino de la economía moderna. Esto se debe a que su análisis es
sistemático y presenta a la economía como una ciencia que puede cumplir ciertos
parámetros para crear leyes comunes a todos los Estados. Además, Smith
comprende que la economía a nivel internacional se encuentra interrelacionada y
de esta manera se puede observar cómo afecta un cambio en un país a otro. Por
ello sus teorías económicas son la base para el desarrollo teórico del comercio
internacional al que se le da una visión de interdependencia y correlación.
Para Adam Smith su preocupación era
la economía a la que otorgaba el centro de su pensamiento, y en su aplicación
política, eran los mercados los que deberían regir las realidades nacionales.
Aplica el pensamiento del liberalismo al mercado, esperando que estos se
regulen solos por la aplicación de la balanza oferta-demanda. Para él el máximo
desengaño que puede provocar un Estado es planificar la economía, ya que la
riqueza de las naciones no consiste en acumular riquezas sino en invertir esas
riquezas para poder generar más beneficios económicos. De esta manera la
economía es la que regulará la continuidad y estabilidad de un poder o gobierno
en cada lugar.
Pero contrariamente a lo que se
pueda pensar, Adam Smith, no se queda en un Estado que de manera agresiva es
controlado por la economía sin planificar que va destruyendo todo con lo que se
encuentra, sino que también hace una reflexión de los problemas que surgen de
este sistema político. Ya que la extrema libertad en los mercados causará que
los trabajadores se vean explotados y no tengan tiempo para cultivar la
inteligencia, quedando doblegados a simples maquinas. Para ellos Smith pide a
los Estados que se garantice la educación y la formación de las clases
trabajadoras, sobre todo para que no se pierda la imaginación que estos puedan
aportar a los mercados, ya que este es un valor en alza y una garantía de
conservación del poder económico. El mayor resultado de tener a una gran masa
poblacional sin formación es la alienación del individuo que le hace perder sus
facultades como individuo.
-
JOHN
STUART MILL (1806-1873)
John Stuart Mill es el gran
precursor del utilitarismo. Toda su filosofía está impregnada de este modelo de
pensamiento en el que es de obligado cumplimiento implementar aquellas cosas
que son útiles para el correcto funcionamiento de la sociedad. Para Mill
aquello que no genera un resultado esperado es necesario que sea desechado y
que por tanto hay que potenciar las acciones encaminadas a un fin lógico.
Mill es a la vez un gran defensor
de la libertad como condicionante para que la sociedad se organice y pueda
ejecutar una política funcional. Al igual que todos los autores liberales es
muy importante la educación para entender que todas las sociedades funcionen.
De esta forma sin una formación clara y completa es difícil que la organización
política pueda funcionar, ya que si un individuo no es capaz de autogobernarse
es a la vez incapaz de gobernar una nación. De ahí la importancia de que los
líderes políticos gocen de una buena educación.
Para Mill la lucha entre la
libertad y la autoridad ha sido un motor de cambio en la historia muy
importante. Además de la lucha naciente entre estos conceptos se puede extraer
el término de libertad social, entendida ésta como una garantía de protección
contra la tiranía social y contra la tiranía de la mayoría. Mill se convierte
por tanto en un gran defensor de la libertad, entendiendo esta como aquella que
le permite al individuo hacer lo que le plasca sin que en su acción dañe al
prójimo. Se podría decir que marca un límite a la libertad individual, que
sería: la libertad de uno acaba dónde empieza la de otro.
Por ello Stuart Mill piensa que la
razón con la que cada individuo se forma y adquiere de su sociedad es
condicionante más que suficiente para que pueda desarrollarse el poder de la
sociedad. La organización racional de la política es un requisito primordial
para que la política pase a ser efectiva y garantista de que se van a respetar
los principios de libertad individual.
Por último indicar que Stuart Mill
es un gran defensor de los Derechos Humanos y de las libertades de todos los
individuos. Sobretodo es muy característica su defensa de los individuos más
desfavorecidos de aquel momento las mujeres y los negros de Norteamérica. En
ambas cuestiones sociales él dedicó un gran trabajo teórico en defender que
todos los hombres y mujeres, blancos y negros son iguales y que por tanto se
debe de crear un sistema en el que todos tengan cabida. Por ello se le puede
considerar una especie de padre de la igualdad social y potenciador de la
libertad de todos los seres humanos.
-
INMANUEL
KANT (1724-1804)
Inmanuel Kant es uno de los
filósofos más complicados de entender de la historia. Su pensamiento se podría
definir como una deconstrucción de todo lo anterior a él, y a la vez un
sometimiento de lo que hasta entonces se aceptaba como válido sometiéndolo a
una duda razonable. Para Kant incluida la razón debía ser sometida a la duda.
Kant hará una formulación de la
razón en la que la crítica y el sometimiento a la duda da un giro a la
filosofía política, ya no se toma como válido lo anteriormente aceptado, sino
que la política pasa por ser un ejercicio lógico que ha de ser siempre
examinado como un conjunto de duda razonable; y que en el fondo no es más que
una construcción de la condición humana que ha de pasar por el dictamen de lo
que Kant cataloga como ética.
La ética que ha de regir la
política está enfocada desde el punto de vista kantiano en lo que se ha venido
a llamar el imperativo categórico. El cual cuenta con tres formulaciones claras
que lo hacen particular el imperativo categórico:
1.
Obra sólo según una máxima tal, que puedas
querer al mismo tiempo que se torne en ley universal
2.
Obra de tal modo que trates a la
humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un
fin y nunca solamente como un medio
3.
Obra como si por medio de tus máximas
fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines
Otro de los planteamientos
filosóficos de Kant va a ser su filosofía de la historia, que influirá a
posteriores pensadores como Marx o Hegel. Aquí va a apostar por una filosofía
en la que históricamente se puede observar el avance de la sociedad a través de
un marco de referencia que es la propia naturaleza humana que no solo hace que
los hombres se unan sino que además otorga un campus claro de principios
universales en los que se basa esa unión, con indiferencia del lugar o momento
de la historia en el que nos encontremos. En definitiva lo que busca es extraer
de la política los fundamentos que hacen al ser humano ser particular en sus
plasmación y que extraen las condiciones humanas claras diferenciándolas de las
particularidades de cada sociedad. Lo que al ser humano lo hace ser una especie
animal con razón y principios igualitarios.
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