domingo, 4 de agosto de 2013

Las teorías de la anomia

1.      Teoría de la anomia
La anomia es la falta de normas, es cuando los individuos de una sociedad no son capaces de responder a la estructura social y rompen el orden legal para poder lograr las metas de la sociedad.
Según estas teorías la mayor desviación hacia la norma se produce en los ambientes socioeconómicos más bajos. Estos grupos desfavorecidos se desvinculan del orden y suelen desviarse hacia conductas como el crimen, el suicidio, el alcoholismo o los desórdenes mentales.
Estas variabilidades de la conducta pueden afectar a un individuo o a una subcultura de la sociedad, siendo siempre una manera de alienación desordenada que termina conduciendo al individuo a la anomia, y por tanto genera el desorden social y en muchos casos el delito.
Para entender mejor el concepto de la teoría de la anomia hay que comprender previamente que la caída en el desorden social y que se encamina al delito, se encuentra asociado a la disociación de los elementos culturales de la sociedad con el acceso a los medios necesarios. La falta de relación entre los medios y los fines sociales se debilitan y el individuo cae en una espiral de delincuencia y comportamiento desordenado.
Los siguientes autores trataron de explicar el proceso y los motivos por los que la sociedad o los individuos caen en una espiral de anomia y se encaminan al delito.

2.      SUTHERLAND, Edwin H.
Autor estadounidense nacido en 1883 y fallecido en 1950. Fue de profesión sociólogo y se le considera uno de los criminólogos más influyente del Siglo XX. Perteneció a la escuela interaccionista de pensamiento simbólico y su teoría más importante, que ahora se pasará a explicar, es la definición de la “asociación diferencial”. Éste autor obtuvo su doctorado por la universidad de Chicago en 1913 y presidió la American Sociological Association en 1939.
Según la teoría de Sutherland, llamada de la asociación diferencial o de los contactos diferenciales, el comportamiento desviado y la delincuencia, así como el buen comportamiento social, es un proceso de aprendizaje. Las personas aprenden de la sociedad unos valores que pueden ir encaminados a la anomia o por el contrario al respeto de la ley. Son los jóvenes los que más permean a estas ideas y los que van a tener una importancia mayor en esta teoría. Por lo tanto los jóvenes son más vulnerables a la desviación o no del comportamiento social ya que se encuentran en una etapa de aprendizaje mayor que los adultos.
Según Sutherland un individuo se vuelve delincuente cuando las actitudes positivas hacia el comportamiento desviado, que le inculca la sociedad en la que se rodea, supera cuantitativamente a los juicios negativos de este mal comportamiento. Por tanto el sujeto aprenderá a definir con más frecuencia una situación en términos de violación de la ley que en términos de respeto de la misma.
Además la teoría de la asociación diferencial queda claramente reflejada y resumida en nueve proposiciones que a continuación se enuncian y que resumen claramente la corriente de pensamiento de Sutherland, así como sus hipótesis de partida:
·        El comportamiento criminal es aprendido
·        Este comportamiento se aprende por medio de la interacción entre los individuos en un proceso de comunicación.
·        La principal parte de este aprendizaje es fruto de relaciones íntimas y cercanas entre los individuos.
·        Cuando se aprende el comportamiento criminal se incluyen en este aprendizaje: las técnicas para la comisión del crimen y la dirección de los motivos, impulsos, razones y actitudes.
·        La dirección de los motivos se aprende de definiciones de los preceptos legales ya sean favorables o no socialmente.
·        Un individuo se convierte en delincuente cuando aprende que las definiciones favorables a la violación de la norma es superior a las desfavorables, y por tanto considera socialmente favorable la violación de los preceptos legales.
·        Las asociaciones diferenciales pueden variar en intensidad, frecuencia, duración y prioridad
·        La relación con el comportamiento criminal en estos grupos que creaban la asociación diferencial son los que impulsan al aprendizaje de la criminalidad.
·        Aunque el comportamiento criminal es una expresión de necesidades y valores generales, los motivos y necesidades generales no explican este comportamiento criminal.
Por tanto Sutherland ve la única explicación posible a la criminalidad, en la asociación con grupos criminales o no criminales, diferentes, diferenciados o diferenciales.

3.      MERTON, Robert.
La anomia es la inexistencia de normas o leyes. La teoría de la Anomia, es quien pone la fina línea entre lo que ya forma parte de una norma y lo que no está normatizado.
Existen dos elementos para Merton:
-         Disociación cultural dentro de un sistema social.
-         Estratificación social como jerarquía posicional de los miembros de la sociedad.
Merton utiliza una Teoría general del comportamiento que se encuentra en su obra, “Teoría y estructura social” del año 1938.
Escribe sobre la discrepancia entre metas o fines culturales y el cómo alcanzarlo. Además, dice que la cultura es lo que la gente quiere al igual los medios para lograr dicho fin.
La importancia del éxito, prestigio y una buena posición, siendo lo material algo muy importante para la sociedad occidental.
Esas metas materiales se convierten en símbolos de la propia valía y del éxito, por lo tanto son muy estimadas, pero, si bien a todos los miembros de la sociedad se les enseña a valorar el éxito material, hay miembros que tienen negado el acceso a los medios culturalmente aprobados para lograr ese éxito.
De tal manera que, esas personas ha quienes se les tiene negado el acceso a los medios culturalmente prescritos como “legítimos”, tienen más probabilidades de acudir a los medios “ilegítimos” para lograr las metas.

Merton, se referirá a lo legítimo como aquello que se busca legalmente, encontrándose sujeto a las normas y los ilegítimos al contrario, y en muchas ocasiones siendo anómico.
A continuación, se explica la forma de adaptación al medio que tiene el ser humano según Merton:
1)     Innovación: Se refiere al delincuente; está de acuerdo con los fines, pero no con los medios. Está de acuerdo con las normas, pero utilizar´ medios ilegales para alcanzar el fin, por ejemplo dinero.
2)     Ritualista: Renuncia a conseguir los éxitos impuestos por la sociedad o más bien, lo bien visto por la sociedad. Está de acuerdo con los medios pero no con los fines.
3)     Retraimiento: Estos son los no integrados en la sociedad, los marginales, vagabundos, drogodependientes. Estas personas, consideras como “deshechos sociales”, no utilizan ni medios legítimos ni ilegítimos para lograr sus fines, sencillamente no tienen fines ni medios.
4)     Rebelión: Personas no de acuerdo con las normas, ni con los medios ni fines y que quieren cambiar el sistema implantado.

4.      DURKHEIM, Émile.
Émile Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril 1858 – París, 15 de noviembre 1917) fue un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia.
Durkheim creó el primer departamento de sociología en la Universidad de Bordeaux en 1895, publicando Las reglas del método sociológico. En 1896 creó la primera revista dedicada a la sociología, L'Année Sociologique. Su influyente monografía, “El suicidio” (1897), un estudio de los tipos de suicidios de acuerdo a las causas que lo generan, fue pionera en la investigación social y sirvió para distinguir la ciencia social de la psicología y la filosofía política. En su obra clásica, “Las formas elementales de la vida religiosa” (1912), comparó las vidas socioculturales de las sociedades aborígenes y modernas, con lo que ganó aún más reputación.
Durkheim perfeccionó el positivismo ya que según su opinión, las ciencias sociales debían ser puramente holísticas; esto es, la sociología debía estudiar los fenómenos atribuidos a la sociedad en su totalidad, en lugar de centrarse en las acciones específicas de los individuos.
El hecho social tiene una fuerte capacidad de coerción y de sujeción respecto del individuo. Por ende el hecho social no puede reducirse a simples datos psicológicos, y la conciencia colectiva prima siempre sobre el pensamiento individual, siendo entonces la sociedad, y no el individuo, la unidad de análisis primordial de la sociología.
Durkheim sostuvo que la sociedad moderna mantiene la cohesión o la unión debido a la solidaridad. Durkheim consideró que hay dos tipos: la solidaridad orgánica y la solidaridad mecánica. La primera es aquélla que se da en las sociedades industriales como consecuencia de la división del trabajo en las empresas, lo cual hace que las personas sean cada vez más diferentes entre sí y el sentido de pertenencia a un grupo que predomina en las comunidades pequeñas o en la familia puede diluirse. La segunda es aquella que se presenta en comunidades rurales, la familia y grupos de mejores amigos, donde las relaciones y la comunicación son “cara a cara”.
Durkheim decía que en la nueva sociedad industrial se requiere de un nuevo sistema de educación. Por un lado, el niño debía recibir la educación inicial de los padres y de la familia; en general, normas, valores y habilidades propias del grupo primario. Por otro lado, las habilidades, normas y valores que establece la sociedad global, el país o la nación; el órgano indicado para realizar esta educación es la escuela.
EL SUICIDIO
Como su nombre indica es un estudio sobre el suicidio, pero la gran novedad es que Durkheim considera éste desde el punto de vista de la tasa anual de suicidios que existían en varios países europeos desde la sexta década del siglo XIX. Analizándolas se percata de que dicha tasa anual suele mantenerse constante o con cambios muy leves a lo largo de prolongados períodos. Igualmente, los picos o los valles acusados en las gráficas corresponden con acontecimientos como guerras o depresiones económicas. También se percató de que la tasa de suicidios es diferente de unos países y de unas comunidades a otras. Por ejemplo, en las sociedades católicas había menos suicidios que en las sociedades protestantes. Es ante todo un hecho social, y cuyas causas son antes sociales que individuales o netamente psicológicas.
Por todo ello, consideraba Durkheim, se debe entender que la tasa de suicidios depende más del tipo de sociedad en la que se producen que de las circunstancias psicológicas de los individuos particulares que finalmente optan por quitarse la vida.
A partir de aquí Durkheim distinguirá cuatro tipos de suicidio: altruista, egoísta, anómico y fatalista.
El suicidio anómico, es el que se da en sociedades cuyas instituciones y cuyos lazos de convivencia se hallan en situación de desintegración o de anomia. En las sociedades donde los límites sociales y naturales son más flexibles, sucede este tipo de suicidios. Por ejemplo, en los países donde el matrimonio tiene un peso menor, por la existencia del divorcio, el suicidio es mayor. Es el suicidio de las sociedades en transición. Otro ejemplo es el comercio y la industria, donde el cambio (y por lo tanto, también el suicidio anómico) es crónico.
En ciencias sociales, la anomia es la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad. Se trata de un concepto que ha ejercido gran influencia en la teoría sociológica contemporánea. También ha ofrecido una de las explicaciones más importantes de la conducta desviada. El término (etimológicamente sin norma) se emplea en sociología para referirse a una desviación o ruptura de las normas sociales, no de las leyes (esto último es "delito").
El concepto de anomia está por tanto vinculado a otros como el control social y la desviación. Pero la anomia se debe al actuar de un agente social manifiesto en ausencia de normas en relación con el éxito en un rol dentro del propio sistema.
Una de las conclusiones a las que llega Durkheim es que en las sociedades y las comunidades que requieren más cohesión y solidaridad mecánica para sobrevivir, la tasa de suicidios será menor justamente porque la responsabilidad hacia el grupo al que se pertenece es un freno de la voluntad de suicidio.
En especial, Durkheim, deseaba explicar que el comportamiento humano no sólo depende del libre albedrío, sino que se encuentra al menos en parte determinado por fuerzas que se encuentran fuera de su control y que incluso tienen una naturaleza social, o sea independientemente de su persona. La tesis es que existen fuerzas sociales que influyen en el comportamiento humano. El autor eligió el suicidio ya que este comportamiento tan radical parece intuitivamente que tiene que depender única y exclusivamente de una decisión personal.
La mayor presión conducente al desvío se da entre los grupos socioeconómicos más bajos y las conductas desviadas son: el crimen, el suicidio, los desórdenes mentales, el alcoholismo, etc. Se supone que la anomia es un colapso de gobernabilidad por no poder controlar esta emergente situación de alienación experimentada por un individuo o una subcultura, hecho que provoca una situación desorganizada que resulta en un comportamiento no social.
Concretamente, según Durkheim, la anomia implica la falta de normas que puedan orientar el comportamiento de los individuos. En el funcionalista Merton, sin embargo, la anomia representa la imposibilidad para ciertos individuos de acceder a los medios que sirven para obtener los fines establecidos socialmente, o viceversa.
Robert K. Merton señaló que la conducta anómala puede considerarse como un síntoma de disociación entre las aspiraciones culturales y los caminos socialmente estructurados para llegar a dichas aspiraciones
LA TEORÍA DE LA ANOMIA INSTITUCIONAL.
Algunos autores han planteado las razones por las cuales los estados Unidos de América sufren unas tasas de delito tan altas. Además de un enfoque macro también se recurre ahora a la rica tradición de la teoría del anomía. La idea de que la cultura norteamericana favorece el delito tiene presente que las mismas virtudes que son veneradas por la sociedad norteamericana son las mismas fuentes de los altos índices de delincuencia, llegando a afirmar que los Estados Unidos están organizados para el delito.
Lo más característico de los Estados Unidos de Norteamérica, es la exagerada importancia que se pone en el éxito monetario y en el mucho menor énfasis que se colocan en la licitud de los medios. El elevado nivel de delitos es debido a que la cultura norteamericana pone un énfasis exagerado en el éxito monetario y económico y en que todo el mundo puede y debe aspirar al mismo; pero, a la vez, la realidad social incluye diferencias estructurales que bloquean las oportunidades lícitas de muchos individuos. De este modo muchos recurren a medios ilegales para lograr un objetivo que se les presentan como necesario del modo que sea.
El problema, el cual repercute favoreciendo el delito, es que en las sociedades contemporáneas y en la norteamericana en concreto las instituciones económicas se han impuesto a las demás, y predominan sin contestación. La dominación de las instituciones económicas se manifiesta principalmente mediante tres fenómenos: la devaluación de las instituciones no económicas, su acomodo a las exigencias económicas y la penetración de las normas económicas.

5.      CLOWARD, Richard y OHLIN, Lloyd
Richard Cloward y Lloyd Ohlin (1966), basados en el modelo desarrollado por Robert Merton, los   llevaron a cabo interesantes estudios sobre la delincuencia especialmente la juvenil, Cloward y Ohlin sostenían que las formas de conductas criminales pueden producirse tanto por la falta de mecanismos culturalmente aprobados para alcanzar el éxito, como por la disponibilidad de una serie de medios no convencionales para lograr el mismo objetivo. Jóvenes provenientes de clases sociales acomodados, sin lugar a dudas, presentan una mayor disposición para lograr niveles de éxito social y material más altos por medio del ajuste a las formas socialmente aprobadas.
Por el contrario, aquellos jóvenes carecen de las mismas oportunidades y están expuestos únicamente a medios considerados ilegales no debería extrañar a nadie que se éstos se valgan de ellos para alcanzar las mismas metas. En este sentido, el trabajo de Cloward y Ohlin intenta explicar la delincuencia en términos de la existencia de una relativa estructura de oportunidades disponible para las diferentes categorías sociales de gente joven.
Según Cloward y Ohlin, cuando la oportunidad para la innovación organizada es más frecuente que las formas convencionales para alcanzar el éxito social es posible que se desarrolle la subcultura criminal. Dicha subcultura criminal proporciona recursos tales como personas, conocimiento, contactos, infraestructura y las habilidades necesarias para salir adelante y alcanzar el éxito a través de formas no convencionales.
Por otro lado, ambos sociólogos sugieren que cuando no es posible la innovación organizada se desarrolle, pueden generarse conductas delictivas bajo la forma de una subcultura conflictiva, en donde los jóvenes se organizan a través de pandillas o grupos similares, al mismo tiempo que le otorga a sus miembros ciertos niveles de prestigio dentro del grupo, como por ejemplo, las pandillas que se organizan entre los hinchas de los diferentes equipos de fútbol.
Por tanto, para Cloward y Ohlin, no todo el mundo tiene las mismas oportunidades de vulnerar las normas. Hay medios que son adecuados para la realización de actividades desviadas y que no están disponibles para todo el mundo, por tanto presentan la oportunidad diferencial ilegítima, tres tipos de oportunidad ilegítima:
-        Subcultura criminal: hurtos, robos y desórdenes.
-        Subcultura del conflicto: acceso al estatus por medio del ascenso en una banda con un diseño cultural diferente de la referencia. Sólo es accesible para aquellos que pueden aguantar el ritmo impuesto por dichas bandas.
-        Subcultura de retirada: doble fallo, expulsados de los otros contextos culturales.

6.      HYMAN y MIRZUCHI.
Estos autores, siguen la línea de la teoría de la anomia, pero se centran en determinadas personas de una clase social modesta, que no tienen un fácil acceso a los medios para conseguir los fines que establece una determinada sociedad. Estudia cuál es la actitud de estas personas ante estas metas tan lejanas para dicha clase social.
Estos grupos, no suelen mostrar un deseo implícito por alcanzar las metas que una sociedad concreta establece, ya que saben que no tienen a su alcance los medios para conseguirlo. Por lo tanto no muestran una frustración al no tener acceso a ello, sino que sencillamente lo asumen y se plantean unas metas que sí sean accesibles para ellos.
Se presentan como personas conformistas.
Al compararlo con la teoría de la anomia, conciben la diferencia abismal entre los objetivos que se establecen culturalmente, y los pocos medios legítimos que existen para alcanzarlos. Ante esto, las actitudes pueden ser diferentes, y depende de muchos factores entre ellos el carácter de la persona y el entorno social en el cual se haya desarrollado.
En relación al éxito económico, que es la principal meta que establece la sociedad, las personas de clase baja no se sentirán frustradas; según el entorno que les ha rodeado a lo largo de su vida y el “bienestar” que poseen, asumen cuáles son sus posibilidades, y establecen unas metas conforme a estas. Su objetivo principal, no va a ser tener en propiedad la mejor casa en el centro de la ciudad, simplemente será tener una propiedad con los requisitos básicos para poder vivir de manera confortable y en cualquier zona modesta de la ciudad. Este será posiblemente su objetivo y con esto no solo se conformará, sino que seguramente sienta una gran satisfacción al haber conseguido mejorar su bienestar de forma considerable, dentro de los escasos medios de los que disponía.
Quizá no sea señal de éxito para todos, pero seguramente sí sea señal de mérito y esfuerzo.
Ambos autores por tanto, establecen que las metas establecidas culturalmente, dependen de la zona, es “segmentario”. Según el lugar donde se encuentren, y el entorno que les rodee, el indicador de éxito será uno determinado y seguramente diferente. Posiblemente algo que para determinadas personas es señal de éxito, en otras zonas o culturas puede significar señal de absoluto fracaso.
A este fenómeno característico - si se compara con la opción del suicido que establece Durkheim -  pero a su vez lógico, lo denominan como “resignación social”.
Esto no es una decisión que tomen algunas personas de este rango de forma voluntaria, sino que es una conducta que se lleva a cabo a partir de la toma de conciencia de la situación en la que viven y el proceso de socialización que han llevado a lo largo de su vida. Proceso más que suficiente para asumir su forma de vida, y establecerse unas metas conforme a ella.
Dicho fenómeno, demuestra un descenso entre los objetivos establecidos y los medios existentes para conseguirlos, dentro de este grupo de personas con bajos ingresos.
En este caso, el carácter anómico, no es algo determinante de la criminalidad, y que tenga como fin el suicidio ante la frustración.
Por lo tanto, y a modo de conclusión, es inteligente establecer unas metas diferentes a las generales, que supongan éxito para la persona o grupo de personas en concreto pertenecientes a una determinada capa social, y no significando que sea algo fácil para conseguir.
Es evidente, que cada individuo debe ponerse unas metas conforme a sus posibilidades y lo que en realidad con perseverancia y esfuerzo puede llegar a conseguir; no por el contrario unas metas que sabe que bajo ningún concepto podrá alcanzar nunca, que es lo que realmente sí causa la frustración, y tal y como expone Durkheim, puede llegar a convertirse en suicidio.
Desde un punto de vista personal, no consideraría a esas personas conformistas, sino realistas. Personas pertenecientes a unas clases sociales determinadas, que seguramente consiguiendo algo que para muchos sería muy poco, serán extremadamente felices, y evitarán vivir pensando en un fin esencialmente económico y de poder.

v     Bibliografía utilizada:
ü COOPER MAYR, Doris: Delincuencia y desviación juvenil. Editorial LOM. Santiago de Chile, Chile, 2005.
ü GIROLA, Lidia: Anomia e individualismo: Del diagnóstico de la modernidad de Durkheim al pensamiento contemporáneo. Editorial Anthropos. Barcelona, España, 2005.
ü HASSEMER, Winfried y MUÑOZ CONDE, Francisco: Introducción a la criminología y a la política criminal. Editorial Tirant to Blanch. Valencia, España, 2012.
ü KORNBLIT, Ana Lía: Juventud y vida cotidiana. Editorial Biblos. Buenos Aires, Argentina, 2007
ü LAMNEK, Siegfried: Teorías de la criminalidad. Editorial siglo veintiuno. México, 2002.
ü RODRÍGUEZ, Agustín W. y GALETTA DE RODRÍGUEZ, Beatriz: Fundamentos de derecho penal y criminología. Editorial Juris. Rosario, Argentina, 2001
ü VÁZQUEZ GONZÁLEZ, Carlos: Teorías criminológicas sobre delincuencia juvenil. Editorial Colex. Madrid, España 2003

ü VICENTE CUENCA, Miguel Ángel: Sociología de la desviación. Una aproximación a sus fundamentos. Editorial Club Universitario. San Vicente, Alicante, España, 

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