1. Teoría de la anomia
La anomia es la falta de
normas, es cuando los individuos de una sociedad no son capaces de responder a
la estructura social y rompen el orden legal para poder lograr las metas de la
sociedad.
Según estas teorías la mayor
desviación hacia la norma se produce en los ambientes socioeconómicos más
bajos. Estos grupos desfavorecidos se desvinculan del orden y suelen desviarse
hacia conductas como el crimen, el suicidio, el alcoholismo o los desórdenes
mentales.
Estas variabilidades de la conducta
pueden afectar a un individuo o a una subcultura de la sociedad, siendo siempre
una manera de alienación desordenada que termina conduciendo al individuo a la
anomia, y por tanto genera el desorden social y en muchos casos el delito.
Para entender mejor el concepto
de la teoría de la anomia hay que comprender previamente que la caída en el
desorden social y que se encamina al delito, se encuentra asociado a la
disociación de los elementos culturales de la sociedad con el acceso a los
medios necesarios. La falta de relación entre los medios y los fines sociales
se debilitan y el individuo cae en una espiral de delincuencia y comportamiento
desordenado.
Los siguientes autores trataron
de explicar el proceso y los motivos por los que la sociedad o los individuos
caen en una espiral de anomia y se encaminan al delito.
2. SUTHERLAND, Edwin H.
Autor estadounidense nacido en
1883 y fallecido en 1950. Fue de profesión sociólogo y se le considera uno de
los criminólogos más influyente del Siglo XX. Perteneció a la escuela
interaccionista de pensamiento simbólico y su teoría más importante, que ahora
se pasará a explicar, es la definición de la “asociación diferencial”. Éste
autor obtuvo su doctorado por la universidad de Chicago en 1913 y presidió la
American Sociological Association en 1939.
Según la teoría de Sutherland,
llamada de la asociación diferencial o de los contactos diferenciales, el
comportamiento desviado y la delincuencia, así como el buen comportamiento
social, es un proceso de aprendizaje. Las personas aprenden de la sociedad unos
valores que pueden ir encaminados a la anomia o por el contrario al respeto de
la ley. Son los jóvenes los que más permean a estas ideas y los que van a tener
una importancia mayor en esta teoría. Por lo tanto los jóvenes son más
vulnerables a la desviación o no del comportamiento social ya que se encuentran
en una etapa de aprendizaje mayor que los adultos.
Según Sutherland un individuo
se vuelve delincuente cuando las actitudes positivas hacia el comportamiento
desviado, que le inculca la sociedad en la que se rodea, supera
cuantitativamente a los juicios negativos de este mal comportamiento. Por tanto
el sujeto aprenderá a definir con más frecuencia una situación en términos de
violación de la ley que en términos de respeto de la misma.
Además la teoría de la
asociación diferencial queda claramente reflejada y resumida en nueve
proposiciones que a continuación se enuncian y que resumen claramente la
corriente de pensamiento de Sutherland, así como sus hipótesis de partida:
·
El comportamiento criminal es aprendido
·
Este comportamiento se aprende por medio de la
interacción entre los individuos en un proceso de comunicación.
·
La principal parte de este aprendizaje es fruto
de relaciones íntimas y cercanas entre los individuos.
·
Cuando se aprende el comportamiento criminal se
incluyen en este aprendizaje: las técnicas para la comisión del crimen y la
dirección de los motivos, impulsos, razones y actitudes.
·
La dirección de los motivos se aprende de
definiciones de los preceptos legales ya sean favorables o no socialmente.
·
Un individuo se convierte en delincuente cuando
aprende que las definiciones favorables a la violación de la norma es superior
a las desfavorables, y por tanto considera socialmente favorable la violación
de los preceptos legales.
·
Las asociaciones diferenciales pueden variar en
intensidad, frecuencia, duración y prioridad
·
La relación con el comportamiento criminal en
estos grupos que creaban la asociación diferencial son los que impulsan al
aprendizaje de la criminalidad.
·
Aunque el comportamiento criminal es una
expresión de necesidades y valores generales, los motivos y necesidades
generales no explican este comportamiento criminal.
Por tanto Sutherland ve la
única explicación posible a la criminalidad, en la asociación con grupos
criminales o no criminales, diferentes, diferenciados o diferenciales.
3.
MERTON, Robert.
La anomia es la inexistencia de
normas o leyes. La teoría de la Anomia, es quien pone la fina línea entre lo
que ya forma parte de una norma y lo que no está normatizado.
Existen dos elementos para Merton:
-
Disociación cultural
dentro de un sistema social.
-
Estratificación social
como jerarquía posicional de los miembros de la sociedad.
Merton utiliza una Teoría
general del comportamiento que se encuentra en su obra, “Teoría y estructura
social” del año 1938.
Escribe sobre la discrepancia
entre metas o fines culturales y el cómo alcanzarlo. Además, dice que la
cultura es lo que la gente quiere al igual los medios para lograr dicho fin.
La importancia del éxito,
prestigio y una buena posición, siendo lo material algo muy importante para la
sociedad occidental.
Esas metas materiales se
convierten en símbolos de la propia valía y del éxito, por lo tanto son muy
estimadas, pero, si bien a todos los miembros de la sociedad se les enseña a
valorar el éxito material, hay miembros que tienen negado el acceso a los
medios culturalmente aprobados para lograr ese éxito.
De tal manera que, esas personas
ha quienes se les tiene negado el acceso a los medios culturalmente prescritos
como “legítimos”, tienen más probabilidades de acudir a los medios “ilegítimos”
para lograr las metas.
Merton, se referirá a lo legítimo como aquello que se
busca legalmente, encontrándose sujeto a las normas y los ilegítimos al
contrario, y en muchas ocasiones siendo anómico.
A continuación, se explica la forma de adaptación al
medio que tiene el ser humano según Merton:
1) Innovación: Se refiere al delincuente; está de acuerdo con los
fines, pero no con los medios. Está de acuerdo con las normas, pero utilizar´
medios ilegales para alcanzar el fin, por ejemplo dinero.
2) Ritualista: Renuncia a conseguir los éxitos impuestos por la
sociedad o más bien, lo bien visto por la sociedad. Está de acuerdo con los
medios pero no con los fines.
3) Retraimiento: Estos son los no integrados en la sociedad, los
marginales, vagabundos, drogodependientes. Estas personas, consideras como
“deshechos sociales”, no utilizan ni medios legítimos ni ilegítimos para lograr
sus fines, sencillamente no tienen fines ni medios.
4) Rebelión: Personas no de acuerdo con las normas, ni con los
medios ni fines y que quieren cambiar el sistema implantado.
4.
DURKHEIM, Émile.
Émile
Durkheim (Épinal, Francia, 15 de abril 1858 – París, 15 de noviembre 1917) fue
un sociólogo francés. Estableció formalmente la disciplina académica y, junto
con Karl Marx y Max Weber, es considerado uno de los padres fundadores de dicha
ciencia.
Durkheim
creó el primer departamento de sociología en la Universidad de Bordeaux en
1895, publicando Las reglas del método sociológico. En 1896 creó la primera
revista dedicada a la sociología, L'Année Sociologique. Su influyente
monografía, “El suicidio” (1897), un
estudio de los tipos de suicidios de acuerdo a las causas que lo generan, fue
pionera en la investigación social y sirvió para distinguir la ciencia social
de la psicología y la filosofía política. En su obra clásica, “Las formas elementales de la vida religiosa”
(1912), comparó las vidas socioculturales de las sociedades aborígenes y
modernas, con lo que ganó aún más reputación.
Durkheim
perfeccionó el positivismo ya que según su opinión, las ciencias sociales
debían ser puramente holísticas; esto es, la sociología debía estudiar los
fenómenos atribuidos a la sociedad en su totalidad, en lugar de centrarse en
las acciones específicas de los individuos.
El
hecho social tiene una fuerte capacidad de coerción y de sujeción respecto del
individuo. Por ende el hecho social no puede reducirse a simples datos
psicológicos, y la conciencia colectiva prima siempre sobre el pensamiento
individual, siendo entonces la sociedad,
y no el individuo, la unidad de análisis primordial de la sociología.
Durkheim
sostuvo que la sociedad moderna mantiene la cohesión o la unión debido a la
solidaridad. Durkheim consideró que hay dos tipos: la solidaridad orgánica y la
solidaridad mecánica. La primera es aquélla que se da en las sociedades
industriales como consecuencia de la división del trabajo en las empresas, lo
cual hace que las personas sean cada vez más diferentes entre sí y el sentido
de pertenencia a un grupo que predomina en las comunidades pequeñas o en la
familia puede diluirse. La segunda es aquella que se presenta en comunidades
rurales, la familia y grupos de mejores amigos, donde las relaciones y la
comunicación son “cara a cara”.
Durkheim
decía que en la nueva sociedad industrial se requiere de un nuevo sistema de
educación. Por un lado, el niño debía recibir la educación inicial de los
padres y de la familia; en general, normas, valores y habilidades propias del
grupo primario. Por otro lado, las habilidades, normas y valores que establece
la sociedad global, el país o la nación; el órgano indicado para realizar esta
educación es la escuela.
EL
SUICIDIO
Como
su nombre indica es un estudio sobre el suicidio, pero la gran novedad es que
Durkheim considera éste desde el punto de vista de la tasa anual de suicidios
que existían en varios países europeos desde la sexta década del siglo XIX.
Analizándolas se percata de que dicha tasa anual suele mantenerse constante o
con cambios muy leves a lo largo de prolongados períodos. Igualmente, los picos
o los valles acusados en las gráficas corresponden con acontecimientos como
guerras o depresiones económicas. También se percató de que la tasa de
suicidios es diferente de unos países y de unas comunidades a otras. Por
ejemplo, en las sociedades católicas había menos suicidios que en las
sociedades protestantes. Es ante todo un hecho social, y cuyas causas son antes
sociales que individuales o netamente psicológicas.
Por
todo ello, consideraba Durkheim, se debe entender que la tasa de suicidios
depende más del tipo de sociedad en la que se producen que de las
circunstancias psicológicas de los individuos particulares que finalmente optan
por quitarse la vida.
A
partir de aquí Durkheim distinguirá cuatro tipos de suicidio: altruista,
egoísta, anómico y fatalista.
El
suicidio anómico, es el que se da en sociedades cuyas instituciones y cuyos
lazos de convivencia se hallan en situación de desintegración o de anomia. En
las sociedades donde los límites sociales y naturales son más flexibles, sucede
este tipo de suicidios. Por ejemplo, en los países donde el matrimonio tiene un
peso menor, por la existencia del divorcio, el suicidio es mayor. Es el
suicidio de las sociedades en transición. Otro ejemplo es el comercio y la
industria, donde el cambio (y por lo tanto, también el suicidio anómico) es
crónico.
En
ciencias sociales, la anomia es la falta de normas o incapacidad de la
estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las
metas de la sociedad. Se trata de un concepto que ha ejercido gran influencia en
la teoría sociológica contemporánea. También ha ofrecido una de las
explicaciones más importantes de la conducta desviada. El término
(etimológicamente sin norma) se emplea en sociología para referirse a una
desviación o ruptura de las normas sociales, no de las leyes (esto último es
"delito").
El
concepto de anomia está por tanto vinculado a otros como el control social y la
desviación. Pero la anomia se debe al actuar de un agente social manifiesto en
ausencia de normas en relación con el éxito en un rol dentro del propio
sistema.
Una
de las conclusiones a las que llega Durkheim es que en las sociedades y las
comunidades que requieren más cohesión y solidaridad mecánica para sobrevivir,
la tasa de suicidios será menor justamente porque la responsabilidad hacia el
grupo al que se pertenece es un freno de la voluntad de suicidio.
En
especial, Durkheim, deseaba explicar que el comportamiento humano no sólo
depende del libre albedrío, sino que se encuentra al menos en parte determinado
por fuerzas que se encuentran fuera de su control y que incluso tienen una
naturaleza social, o sea independientemente de su persona. La tesis es que
existen fuerzas sociales que influyen en el comportamiento humano. El autor
eligió el suicidio ya que este comportamiento tan radical parece intuitivamente
que tiene que depender única y exclusivamente de una decisión personal.
La
mayor presión conducente al desvío se da entre los grupos socioeconómicos más
bajos y las conductas desviadas son: el crimen, el suicidio, los desórdenes
mentales, el alcoholismo, etc. Se supone que la anomia es un colapso de
gobernabilidad por no poder controlar esta emergente situación de alienación
experimentada por un individuo o una subcultura, hecho que provoca una
situación desorganizada que resulta en un comportamiento no social.
Concretamente,
según Durkheim, la anomia implica la falta de normas que puedan orientar el
comportamiento de los individuos. En el funcionalista Merton, sin embargo, la
anomia representa la imposibilidad para ciertos individuos de acceder a los
medios que sirven para obtener los fines establecidos socialmente, o viceversa.
Robert
K. Merton señaló que la conducta anómala puede considerarse como un síntoma de
disociación entre las aspiraciones culturales y los caminos socialmente
estructurados para llegar a dichas aspiraciones
LA
TEORÍA DE LA ANOMIA INSTITUCIONAL.
Algunos
autores han planteado las razones por las cuales los estados Unidos de América
sufren unas tasas de delito tan altas. Además de un enfoque macro también se
recurre ahora a la rica tradición de la teoría del anomía. La idea de que la
cultura norteamericana favorece el delito tiene presente que las mismas virtudes que son veneradas por la sociedad
norteamericana son las mismas fuentes de los altos índices de delincuencia,
llegando a afirmar que los Estados Unidos están organizados para el delito.
Lo
más característico de los Estados Unidos de Norteamérica, es la exagerada
importancia que se pone en el éxito monetario y en el mucho menor énfasis que
se colocan en la licitud de los medios. El elevado nivel de delitos es debido a
que la cultura norteamericana pone un énfasis exagerado en el éxito monetario y
económico y en que todo el mundo puede y debe aspirar al mismo; pero, a la vez,
la realidad social incluye diferencias estructurales que bloquean las
oportunidades lícitas de muchos individuos. De este modo muchos recurren a
medios ilegales para lograr un objetivo que se les presentan como necesario del
modo que sea.
El
problema, el cual repercute favoreciendo el delito, es que en las sociedades
contemporáneas y en la norteamericana en concreto las instituciones económicas
se han impuesto a las demás, y predominan sin contestación. La dominación de
las instituciones económicas se manifiesta principalmente mediante tres
fenómenos: la devaluación de las instituciones no económicas, su acomodo a las
exigencias económicas y la penetración de las normas económicas.
5. CLOWARD, Richard y OHLIN, Lloyd
Richard Cloward y Lloyd Ohlin
(1966), basados en el modelo desarrollado por Robert Merton, los llevaron a cabo interesantes estudios sobre
la delincuencia especialmente la juvenil, Cloward y Ohlin sostenían que las
formas de conductas criminales pueden producirse tanto por la falta de
mecanismos culturalmente aprobados para alcanzar el éxito, como por la
disponibilidad de una serie de medios no convencionales para lograr el mismo
objetivo. Jóvenes provenientes de clases sociales acomodados, sin lugar a
dudas, presentan una mayor disposición para lograr niveles de éxito social y
material más altos por medio del ajuste a las formas socialmente aprobadas.
Por el contrario, aquellos jóvenes
carecen de las mismas oportunidades y están expuestos únicamente a medios
considerados ilegales no debería extrañar a nadie que se éstos se valgan de
ellos para alcanzar las mismas metas. En este sentido, el trabajo de Cloward y
Ohlin intenta explicar la delincuencia en términos de la existencia de una
relativa estructura de oportunidades disponible para las diferentes categorías
sociales de gente joven.
Según Cloward y Ohlin, cuando
la oportunidad para la innovación organizada es más frecuente que las formas
convencionales para alcanzar el éxito social es posible que se desarrolle la
subcultura criminal. Dicha subcultura criminal proporciona recursos tales como
personas, conocimiento, contactos, infraestructura y las habilidades necesarias
para salir adelante y alcanzar el éxito a través de formas no convencionales.
Por otro lado, ambos sociólogos
sugieren que cuando no es posible la innovación organizada se desarrolle,
pueden generarse conductas delictivas bajo la forma de una subcultura
conflictiva, en donde los jóvenes se organizan a través de pandillas o grupos
similares, al mismo tiempo que le otorga a sus miembros ciertos niveles de
prestigio dentro del grupo, como por ejemplo, las pandillas que se organizan
entre los hinchas de los diferentes equipos de fútbol.
Por tanto, para
Cloward y Ohlin, no todo el mundo tiene las mismas oportunidades de vulnerar
las normas. Hay medios que son adecuados para la realización de actividades
desviadas y que no están disponibles para todo el mundo, por tanto presentan la
oportunidad diferencial ilegítima, tres tipos de oportunidad ilegítima:
-
Subcultura criminal: hurtos, robos y
desórdenes.
-
Subcultura del conflicto: acceso al
estatus por medio del ascenso en una banda con un diseño cultural diferente de
la referencia. Sólo es accesible para aquellos que pueden aguantar el ritmo impuesto
por dichas bandas.
-
Subcultura de retirada: doble fallo,
expulsados de los otros contextos culturales.
6. HYMAN y MIRZUCHI.
Estos autores, siguen la línea de la teoría de la anomia, pero se centran
en determinadas personas de una clase social modesta, que no tienen un fácil
acceso a los medios para conseguir los fines que establece una determinada
sociedad. Estudia cuál es la actitud de estas personas ante estas metas tan
lejanas para dicha clase social.
Estos grupos, no suelen mostrar un deseo implícito por alcanzar las metas
que una sociedad concreta establece, ya que saben que no tienen a su alcance
los medios para conseguirlo. Por lo tanto no muestran una frustración al no
tener acceso a ello, sino que sencillamente lo asumen y se plantean unas metas
que sí sean accesibles para ellos.
Se presentan como personas conformistas.
Al compararlo con la teoría de la anomia, conciben la diferencia abismal
entre los objetivos que se establecen culturalmente, y los pocos medios
legítimos que existen para alcanzarlos. Ante esto, las actitudes pueden ser
diferentes, y depende de muchos factores entre ellos el carácter de la persona
y el entorno social en el cual se haya desarrollado.
En relación al éxito económico, que es la principal meta que establece la
sociedad, las personas de clase baja no se sentirán frustradas; según el
entorno que les ha rodeado a lo largo de su vida y el “bienestar” que poseen,
asumen cuáles son sus posibilidades, y establecen unas metas conforme a estas.
Su objetivo principal, no va a ser tener en propiedad la mejor casa en el
centro de la ciudad, simplemente será tener una propiedad con los requisitos
básicos para poder vivir de manera confortable y en cualquier zona modesta de
la ciudad. Este será posiblemente su objetivo y con esto no solo se conformará,
sino que seguramente sienta una gran satisfacción al haber conseguido mejorar
su bienestar de forma considerable, dentro de los escasos medios de los que
disponía.
Quizá no sea señal de éxito para todos, pero seguramente sí sea señal de
mérito y esfuerzo.
Ambos autores por tanto, establecen que las metas establecidas
culturalmente, dependen de la zona, es “segmentario”. Según el lugar donde se
encuentren, y el entorno que les rodee, el indicador de éxito será uno
determinado y seguramente diferente. Posiblemente algo que para determinadas
personas es señal de éxito, en otras zonas o culturas puede significar señal de
absoluto fracaso.
A este fenómeno característico - si se compara con la opción del suicido
que establece Durkheim - pero a su vez
lógico, lo denominan como “resignación social”.
Esto no es una decisión que tomen algunas personas de este rango de forma
voluntaria, sino que es una conducta que se lleva a cabo a partir de la toma de
conciencia de la situación en la que viven y el proceso de socialización que
han llevado a lo largo de su vida. Proceso más que suficiente para asumir su
forma de vida, y establecerse unas metas conforme a ella.
Dicho fenómeno, demuestra un descenso entre los objetivos establecidos y
los medios existentes para conseguirlos, dentro de este grupo de personas con
bajos ingresos.
En este caso, el carácter anómico, no es algo determinante de la
criminalidad, y que tenga como fin el suicidio ante la frustración.
Por lo tanto, y a modo de conclusión, es inteligente establecer unas
metas diferentes a las generales, que supongan éxito para la persona o grupo de
personas en concreto pertenecientes a una determinada capa social, y no
significando que sea algo fácil para conseguir.
Es evidente, que cada individuo debe ponerse unas metas conforme a sus
posibilidades y lo que en realidad con perseverancia y esfuerzo puede llegar a
conseguir; no por el contrario unas metas que sabe que bajo ningún concepto
podrá alcanzar nunca, que es lo que realmente sí causa la frustración, y tal y
como expone Durkheim, puede llegar a convertirse en suicidio.
Desde un punto de vista personal, no consideraría a esas personas
conformistas, sino realistas. Personas pertenecientes a unas clases sociales
determinadas, que seguramente consiguiendo algo que para muchos sería muy poco,
serán extremadamente felices, y evitarán vivir pensando en un fin esencialmente
económico y de poder.
v Bibliografía utilizada:
ü
COOPER MAYR, Doris: Delincuencia y desviación juvenil. Editorial LOM. Santiago de
Chile, Chile, 2005.
ü
GIROLA, Lidia: Anomia e individualismo: Del diagnóstico de la modernidad de Durkheim
al pensamiento contemporáneo. Editorial Anthropos. Barcelona, España, 2005.
ü
HASSEMER, Winfried y MUÑOZ
CONDE, Francisco:
Introducción a la criminología y a la
política criminal. Editorial Tirant
to Blanch. Valencia, España, 2012.
ü
KORNBLIT, Ana Lía: Juventud y vida cotidiana. Editorial Biblos. Buenos Aires,
Argentina, 2007
ü
LAMNEK, Siegfried: Teorías
de la criminalidad. Editorial
siglo veintiuno. México, 2002.
ü
RODRÍGUEZ, Agustín W. y GALETTA
DE RODRÍGUEZ, Beatriz: Fundamentos de derecho penal y
criminología. Editorial
Juris. Rosario, Argentina, 2001
ü
VÁZQUEZ GONZÁLEZ, Carlos: Teorías criminológicas sobre delincuencia juvenil. Editorial Colex.
Madrid, España 2003
ü
VICENTE CUENCA, Miguel Ángel: Sociología de la desviación. Una aproximación a sus fundamentos. Editorial
Club Universitario. San Vicente, Alicante, España,
muchas gracias! Excelente artículo
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