miércoles, 25 de diciembre de 2019

La Cristología de Leonardo Boff


1-     El autor
Genésio Darci Boff nace en Concordia (Brasil) el 14 de diciembre de 1938. Siendo nieto de un italiano venido desde el Véneto a Río Grando do Sul a finales del siglo XIX. Pertenece a una familia de once hermanos de los cuales uno ingresará en la Orden de los Frailes Siervos de María y una hermana será religiosa. Él, a su vez, ingresará en 1959 en la Orden de los Frailes Menores (Franciscanos), tras haber realizado sus estudios primarios y secundarios en Concordia, Río Grande y Agudos (Brasil). Estudia Filosofía en Curitbia y Teología en la Universidad de Petrópolis.
En el año 1970 es enviado por su Orden a realizar el doctorado en Teología y Filosofía en la Universidad de Múnich (Alemania). Allí conoce y se convierte en su mentor, el teólogo Karl Rahner. Pero también comparte estudios y amistad con otros profesores como Joseph Ratzinger, el cual llegó a subvencionar la publicación de su tesis doctoral por ser uno de sus alumnos aventajados en la Universidad. Doctorándose en 1972.
Tras su etapa en Alemania vuelve a su Brasil natal para ejercer como profesor de Teología Sistemática y Ecuménica en el Instituto de Teología Franciscano de Petrópolis. A la vez ejercerá de profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio y universidades de Brasil y del exterior, siendo destacable su calidad de profesor visitante en las universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard (Reino Unido), Basilea (Suiza) y en Heidelberg (Alemania), entre otras.
Como reconocimiento a su labor docente e investigadora se le conceden diferentes premios académicos a lo largo de su vida y en distintos centros por el mundo, destacando el ser doctor honoris causa en política por la Universidad de Turín (Italia), en Teología por la Universidad de Lund (Suecia), en Periodismo y comunicación social por la Universidad Nacional de la Plata (Argentina) y en Ciencias de la Tierra por la Universidad Iberoamericana Puebla (México).
Se dedicó a lo largo de su vida a la publicación y difusión de varios artículos y revistas de investigación. Entre estas funciones destaca su participación entre 1975 y 1985 del consejo editorial de la Editorial Vozes. Donde participó en la coordinación de la colección “Teología y Liberación”. También editó las obras completas de Carl Gustav Jung.
Entre 1970 y 1984 será redactor en la Revista Eclesiástica Brasileira, entre 1984 y 1992 de la revista Cultura Vozes y en todo ese período desde 1970 a 1995 hará lo mismo con la Revista Internacional Concilium.
Inaugura una nueva corriente de pensamiento teológico en la Iglesia, junto con Gustavo Gutiérrez Merino, conocida como la Teología de la Liberación. Corriente polémica, cuyas algunas opiniones le llevarán en 1984, con motivo de la publicación de su libro Iglesia: Carisma y poder a ser sometido a un proceso por la Congregación para la Doctrina de la Fe. La cual resolverá en 1985 a condenarlo a una suspensión a divinis durante un año. Lo cual le obligará a abandonar todas sus funciones editoriales y académicas.
De nuevo en el año 1992 se le vuelve a suspender por la publicación de otra obra titulada América latina: de la conquista a la nueva evangelización. Aunque según la opinión del propio Boff, fue para evitar su participación en la Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Eco-92) que se celebró en Río de Janeiro. Ante esta suspensión él decide abandonar el ministerio ordenado y su orden. Presentándose en 1993 a un concurso público para ocupar la plaza de profesor de ética, filosofía de la religión y ecología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
El 8 de diciembre de 2001 recibe en Estocolmo el Right Livelihood Award. Conocido como el premio Nobel alternativo creado en 1980 para premiar las tareas en beneficio de la humanidad que quedan fuera de los tradicionales premios de la Academia sueca.
En la actualidad vive en el Jardim Araras, una región campestre ecológica del municipio de Petrópolis (Brasil) con su esposa María Monteiro de Miranda.

2-    La obra
Es autor de más de 60 libros en las áreas de teología, espiritualidad, filosofía, antropología y mística. Entre ellos se deben destacar aquellos más importantes en su pensamiento y desarrollo intelectual:

¿Enseñanza religiosa o enseñanza de las religiones e iniciación a la vida del espíritu?
Desde el lugar del pobre
Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres
El águila y la gallina. Una metáfora de la condición humana
El cuidado esencial. Ética de lo humano, compasión por la Tierra.
El despertar del águila
Ética planetaria desde el Gran Sur
Femenino y masculino. Una nueva conciencia para el encuentro de las diferencias.
Gracia y experiencia humana
Iglesia: Poder y Carisma
La dignidad de la Tierra. Ecología, mundialización, espiritualidad.
La opción-Tierra: la solución para la tierra no cae del cielo.
La voz del arco iris
Los sacramentos de la vida.
Mística y espiritualidad, junto a Frei Betto
Nueva Evangelización.
San Francisco de Asís. Ternura y Vigor.
San José. Padre de Jesús en una sociedad sin padre.
Teología del cautiverio y de la liberación.

En el área de la Cristología por ser la que más nos interesa para el presente estudio cabe destacar:
Evangelio del Cristo cósmico
Una Cristología desde la periferia
Jesucristo, liberador
Pasión de Cristo y sufrimiento humano
La resurrección de Cristo y nuestra resurrección
El seguimiento de Cristo

Éstas serán las obras que se sigan para el siguiente análisis y que se encuentran traducidas al castellano y compendiadas en el libro de Leonardo Boff: Jesucristo y la liberación del hombre. Ediciones Cristiandad, 1987

3-    La Cristología
El objeto del siguiente estudio es identificar a partir de la obra cristológica de Leonardo Boff aquellas ideas que están más acorde con el magisterio de la Iglesia, y también aquellas que lo llevan a ser calificado como un autor anticalcedoniano. Por ello habría que comenzar resumiendo brevemente la idea cristológica de Calcedonia para una vez expuesta la idea cristológica del autor poder identificar los puntos acordes y los puntos en desacuerdo entre ambas cristologías.
Para el Concilio de Calcedonia, celebrado en el 451, la expresión cristológica se cerraba con la afirmación doctrinal de las dos naturalezas de Cristo que estaban unidas «sin confusión» (άσυγχύτως) y «sin división» (άδιαιρέτως); se puede ver en ellas el equivalente apofático de la fórmula que afirma «las dos naturalezas y la única hipóstasis» de Cristo. Toda idea cristológica que afirme una superioridad de la naturaleza humana sobre la divina, o viceversa está contradiciendo la confusión, y si se niega la acción de ambas se está negando la división. Ambas coexisten y ambas actúan de igual forma en la única persona de Jesucristo.
Leonardo Boff escribe y plantea una cristología que nace desde una experiencia muy concreta de la realidad. Para él la base de su cristología sería el clima de opresión y pobreza que se vive en Sudamérica. Además, al ser uno de los impulsores, junto con Gustavo Gutiérrez, de la llamada Teología de la Liberación, su pensamiento estará intima relacionado con esta forma de hacer teología.
De hecho, para él la opresión será el lugar social del nacimiento de la cristología, pues la acción soteriológica de Jesús sería el encarnarse en hombre para acabar con la desigualdad y la opresión. No solamente la del pecado, sino aquella que destruye y condena a la humanidad concreta. A los seres humanos en comunidad, historia, progreso, etc. El todo hombre quedaría para Boff concretado en la encarnación de Jesús en un individuo comunitario y social.
De esta forma, nos presenta el autor que la cristología está encarnada con la realidad. Porque toda cristología parte de un condicionante de poder social. Hay una realidad concreta que lleva a los teólogos a plantearse la imagen de cristo desde su propio contexto vital. Esto daría a una imagen dividida de Cristo pues sería diferente el contexto teológico de un europeo, al de un americano, diferente a su vez en el norte o en el sur, o un asiático de un oceánico. Cada cual al partir de su contexto vital para hacer teología se estaría desde el comienzo contaminando la investigación en cristo. Pues se ha de partir de una persona: Jesús y no de una realidad socio-cultural específica del investigador.
De esta forma nos plantearía, en su presupuesto cristológico que toda cristología es en realidad una producción histórica. Tiene un objetivo claro el cristólogo y no es el descubrir la verdadera imagen de Jesús, sino ver de qué manera el hombre Jesús sirve de liberación para los oprimidos. De hecho esta idea cristológica de Boff surge concretamente en América del Sur y está circunscrita a esta sola realidad.
El concepto más básico de su imagen cristológica será el de liberación. Para él, la liberación se ha de entender como un compromiso en favor de los oprimidos. De esta forma cree importante que se unan dos aspectos importantes en el estudio de Jesús, por un lado una dimensión teórica, la cristología; y, por otro lado, una dimensión práctica, que sería la política. Para él hacer cristología es hacer política y viceversa. Pues no entiende que el teólogo no actúe con aquello que predica, ni tampoco que el cristiano que actúa en política lo haga sin responder a una teología/cristología anterior a su quehacer.
Este compromiso teórico/práctico, a modo de entender de Leonardo Boff no dispensa de una epistemología coherente. Pues a su modo de ver, aunque el punto de partida difiera según el ámbito espacio-temporal desde el que se elabora la cristología, la ciencia debe ser la misma sin importar el “lugar social”. Luego pone la fiabilidad del estudio solo en la metodología y no en el punto de partida del estudio, que ya es un condicionante a la hora de acercarse al objeto de estudio
De hecho, en este punto de articulación cristológica, se ha de tener en cuenta que para Leonardo Boff existen dos niveles de conciencia social, y por tanto, esto conlleva, a que haya dos teologías de la liberación. Una conciencia más analítica y otra más práctica. Pero ambas, para ser teología de la liberación, han de respetar la máxima “la humanidad se pierde en el capitalismo”.
Por este motivo, observa en su cristología una doble reacción de la conciencia cristiana:
-         Por un lado, está el analizar cristológicamente el aspecto de la sensibilidad, es decir lo vivido y experimentado por el individuo y la comunidad.
-         Por otro lado, se ha de ver a Cristo en lo puramente analítico, es decir en el pensamiento como constructo teórico.
Ambas reacciones parten y se desarrollan a partir de la miseria humana, que activa, anuncia y reclama la acción de Cristo liberador.
A continuación vamos a observar las dos articulaciones que hace Leonardo Boff sobre el estudio cristológico:
1.      Articulación “sacramental” de la cristología de la liberación:
Nace de la indignación ética del estudioso de Cristo. Traza una imagen de Cristo diferente del monarca celeste (que sería la que enseña la piedad “oficial”) o del Cristo vencido y doloroso (imagen de la piedad popular). Estas dos imágenes son rechazadas para apostar por una cristología de la liberación basada en valores, temas y llamadas al cambio y a la liberación. Va contra lo político opresor sin un trasfondo analítico. Es una cristología teóricamente revolucionaria pero que acaba acomodándose a un pragmatismo eventualmente conservador.
2.      Articulación “socio-analítica” de la cristología de la liberación:
Para él es la auténtica “cristología de la liberación” ya que va contra el propio pecado estructural que es el que aleja y destruye la imagen de Jesús. Para llevarla a cabo se ha de realizar una mediación socio-analítica (realidad a cambiar) y una mediación hermenéutica (capacidad de leer el contexto socio-analítico a la luz de la revelación y de Cristo liberador)
De hecho, la mediación socio-analítica como realidad que se ha de cambiar con el estudio y ejercicio de la cristología, conlleva dos utopías:
·        La de los dominantes: Es aquella en la que la sociedad avanza por la ciencia y el progreso (Armonía)
·        La de los dominados: Es aquella que avanza solo con una sociedad igualitaria (esto conlleva el enfrentamiento.
La fe en Jesucristo como liberador hace que se elija en cada circunstancia el mejor análisis a llevar a cabo. Aunque él cree, que la opción que debería prevalecer siempre en la cristología de la liberación debe ser la revolucionaria de los oprimidos. Pues la liberación de Cristo no es solo política, social o económica, pero necesariamente debe pasar por estos aspectos del hombre y la sociedad. Se buscaría por tanto la ruptura para acabar con la dependencia de unos hombres con otros ganando más autonomía, como prisma de libertad que Cristo viene a traer a la Tierra.
Otro aspecto de la cristología de Boff a tener en cuenta, sería las grandes perspectivas de una comprensión del Jesús en la historia dentro de la perspectiva concreta de la teología de la liberación. De hecho, para él, la dimensión liberadora de Jesús en la historia debe conllevar a un cambio en las concepciones anteriores de Jesús. Ya que esta forma de acercarse a su persona:
- Privilegia al Jesús de la Historia del Cristo de la Fe. Siendo el primero, a opinión de Boff, el auténtico Jesús y el segundo una construcción teórico-histórica.
- Se observa una igualdad entre el tiempo vivido por Jesús y los tiempos actuales. No hay una diferencia muy grande entre las estructuras de opresión de la era de Jesús y las actuales
- Muestra la forma de transformar la realidad siguiendo el mismo comportamiento de Jesús.
- La resurrección ilumina al Cristo de la Historia, como los Evangelios.
Entrando ahora más concretamente en las acciones y actitudes de Jesús podríamos analizar diferentes aspectos de su vida histórica que lleguen a vislumbrar de manera más concreta la imagen que Leonardo Boff tiene de Jesús, ya que ha primado en su cristología el Cristo de la Historia, sobre el llamado Cristo de la Fe.
a)    La predicación de Jesucristo:
La base de la predicación de Jesús es el Reino de Dios, lo cual sería a opinión de Boff, una utopía de la liberación absoluta y sus anticipaciones en la Historia. El Jesús histórico, dirá el autor, solo anuncia el Reino de Dios y no directamente a Dios, a sí mismo o a la Iglesia. Luego esta opinión de Boff parece ir en contra de las mismas palabras de Jesús al decir que “quien me ve, ve al Padre” (Jn. 14,9). Lo cual sería que Jesús recalca en primer lugar el verlo a él y después descubrir en su persona la del Padre.
A sí mismo, para el brasileño, el Reino de Dios supera cualquier intento de alcanzarlo. Ya que se trata de un proceso que se va alcanzando poco a poco, pero al que no se llega en totalidad. Habría la esperanza en un final feliz inalcanzable y una serie de liberaciones parciales, que si se completarían en este discurrir humano.
b)   La praxis de Jesús
El modo de actuar de Jesús, sus acciones, son en opinión de Boff una liberación en marcha. De ahí que Jesús apoya el cambio liberador del mundo y la sociedad a través de los milagros como signos de que ha tomado el control el más fuerte (Mc. 3, 27) y que hace presente el Reino de Dios (Lc. 11,20). Por tanto su acción es la de apoyar y defender al más débil. Siendo el un señor poderoso, se abaja a ayudar al necesitado.
Jesús se presenta como un liberador profético, que aunque se inserta en el campo religiosos (por ser este el poder dominante en la época en la que vivió) en realidad sería un reformador político, y no religioso. Por eso relativiza las prácticas religiosas (Mc. 2,23-26; Mt. 25, 31-46), para demostrar que el lugar privilegiado donde Dios se esconde es el pobre y no el culto, la plegaria o la observancia religiosa que serían mediaciones de la verdadera acción hacia el necesitado.
Jesús actúa rompiendo la estratificación social y por eso se gana la fama de glotón y bebedor (Mt. 11,19). Ya que estuvo en contacto con todos los ambientes sociales de la Galilea del S. I y no se inmiscuyó o concretó a un solo sector. Siendo especialmente amoroso con el pobre, como lugar de encuentro del hombre con Dios. Pero, a pesar de comer con todos, si es verdad que él denunciará la riqueza, porque la entiende como el fruto de explotar al pobre (Lc. 16,9). Por eso, predica las bienaventuranzas como el argumento más importante de actuación del hombre, el cual ha de vivir dentro del espíritu de las mismas.
c)    La llamada a la Conversión
Boff cree que la conversión es una exigencia de la liberación a la que Dios nos llama. Ya que se ha de tener en cuenta que la conversión es algo personal e íntimo de cada hombre, pero que lo personal lleva a lo social y viceversa.
De hecho la muerte de Jesús se llega a interpretar por este autor como una llamada de atención a que no todo está permitido en este mundo. La acción del justo que llama a la conversión, consiguió que los opresores lo condenaran a la muerte, y aquel humilde Cristo que propuso el Reino de Dios sin violencia, muriera víctima de ésta.
d)   El sentido de su muerte
Visto lo anterior, habría que decir que la muerte de Jesús fue el precio de la liberación según el corazón de Dios. De hecho, afirma Boff, fue la crítica de Jesús a los poderes políticos, económicos y religiosos (sociales) los que le llevaron a la muerte.
Esta muerte es aceptada libremente por Jesús, sin ser pactada con los poderosos. Pues Jesús al morir es acusado de dos crímenes: blasfemo (porque liberaba de las practicas opresoras y de un Dios distinto al del statu quo) y guerrillero (cercano al movimiento de los Zelotas, pero sin aceptar de estos el mesianismo-político).
La cruz, por tanto, se entiende como entrega por los demás que ha de conducirlos a la liberación.
e)    La resurrección
La resurrección se interpreta como una irrupción anticipada de la liberación definitiva. Sería, por tanto, el cumplimiento de la liberación total que traía el Reino de Dios que anunció con su vida y ofreció en su muerte libre.
La resurrección es el triunfo sobre la vida oprimida y dura, que Dios tiene la intención última de traer sobre el mundo. Así se demuestra ya en forma de germen, que el verdugo no triunfa sobre la victima que será engrandecida por la acción de Dios, que ama al desgraciado.
f)      El seguimiento del discípulo
De esta manera, el que conoce todos estos aspectos del ser de Jesucristo, tiene una obligación real de seguir a Jesús. Ya que este seguimiento es la forma de actualizar la liberación que se vislumbró en su obrar y su predicar.
La vida humana se concentra en una estructura pascual de seguimiento a Cristo, muerto y resucitado. Solo dentro de esta dinámica se puede entender el seguimiento, que, para Boff, es la única forma de traer la utopía del Reino que eleva la realidad al mundo pleno.
Jesús no ha dejado en su vivir histórico una forma de presencia en cada situación que nos vayan surgiendo en la vida, sino que las claves que nos dejó son su opción por los oprimidos, su renuncia al poder, su solidaridad con todos los hombres y una vida abierta al Padre. Ahora corresponde al discípulo seguir teniendo estas mismas actitudes de Jesús para resolver los conflictos de la sociedad y traer el Reino de Dios a todos los hombres.
Estas son las líneas más fijas de la cristología de Leonardo Boff que como se ha podido comprobar van a generar en neo-calcedonianismo pues ya desde el principio el presupuesto metodológico es el de la propia experiencia del teólogo y no el del descubrimiento universal de Jesús. También se potencia más la condición humana, que él llama el Jesús histórico, frente a su condición divina que denomina Jesús de la fe. Por último se puede ver que Jesús fue más un mesías político y social que el salvador. Ha dividido la soteriología de su ontología. Además se ha perdido la naturaleza humana y divina de Jesús con una división y una confusión entre la acción de Hijo de Dios y el llamado Jesús histórico.


Bibliografía:
-         BOFF, L. Jesucristo liberador. Elaboración de una cristología a partir de la América Latina oprimida. En Lumiere et vie, 26 Nº134, 1977
-         BOFF, L. Jesucristo y la liberación del hombre. Ediciones Cristiandad, 1987
-         DAVID, G. Cristo cósmico y antropocentrismo en Leonardo Boff: Una lectura desde la óptica reformacional. En veritas, 36. 2017
-         FERNÁNDEZ, M.A. y MARCOS, J. Leonardo Boff. El teólogo de la Tierra. Revista digital FronteraD. 12/7/12 

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