martes, 28 de octubre de 2014

Comentario a "la crisis de la ciencias" de Husserl

A lo largo de la siguiente recensión se va a analizar el texto de Husserl: La crisis de las ciencias. Intentando responder a las cuestiones de ¿Qué entiende Husserl por crisis de las ciencias europeas?, ¿Dónde se puede situar su principio histórico?, ¿Cómo afecta esta crisis a la filosofía? Y si ¿Se puede hablar de crisis de verdad?, ¿Cómo se vinculan en el sentido y la verdad?
Se va a dar por lo tanto, una respuesta a los interrogantes que se presentan a través del comentario analítico del texto anteriormente citado, en el que el autor comienza poniendo en entredicho el título de las propias conferencias en el que tiene lugar la presentación de su trabajo: “La crisis de las ciencias europeas y la psicología”. Husserl comenta a éste respecto la seguridad que tienen las ciencias en su propio método y como estas disienten de la psicología como ciencia humana o de la filosofía, como conocimiento no científico. Por lo tanto el autor confiere que la crisis que se está experimentando en las ciencias es fruto de la obsesión de las ciencias en el uso de un método científico que sustente sus hipótesis y tesis.
Se produce por tanto, una reducción positivista de las ciencias, convirtiéndolas en meras ciencias de hechos. Perdiendo su significación vital. La psicología, por ejemplo, no tiene un método claro y objetivo. El que se podría considerar como el método psicológico, hace dudar de su “cientificidad”, entendida con la imagen que a día de hoy se tiene de éste concepto que debe de ser demostrado empíricamente.
Pero ésta concepción se nos está forjando desde el S. XIX cuando la ciencia deja de responder a las preguntas decisivas de la humanidad y se cegó en las ciencias positivas y en la “prosperity”. Meras ciencias de hechos que han hecho meros seres humanos de hechos. De ahí que la ciencia se dedique solo a apuntar lo que ocurre en el mundo físico y espiritual, pero no se plantea nada más allá de una realidad observada que siempre ha sido y será.
Estos planteamientos no siempre han sido así, no siempre se ha observado una visión positivista de las ciencias, sino que éstas se desarrollaron en el tiempo. La filosofía del renacimiento rompió con la visión medieval y luchó por buscar una vuelta a la filosofía antigua, rompiendo con los mitos y las tradiciones, y dándole una razón a todo lo relacionado con el hombre. Para eso se desarrolla la ciencia en un saber teórico objetivo y en un saber práctico. Ya que lo que se pretendía era que el hombre se configurara a sí mismo, se haga. Para lo cual, las ciencias de manera objetiva se configuraron, a su vez, para la investigación de sus preguntas de una manera positivista.
La metafísica como ciencia de las preguntas y del sentido último quedaría relegada a una ciencia del conocimiento de aquello que puede ser universal, creándose la filosofía universal. Ésta nueva ciencia revoluciona todos los ámbitos del saber: el positivismo, el cual descabeza a la filosofía en un intento de hacerla universal.
Pero la filosofía no logra adaptarse a éstos patrones que las ciencias estaban imponiendo, y el supuesto éxito inicial que parece tener la filosofía universal se derrumba. El fracaso de una filosofía que sea universal e imperecedera hace que los científicos sean los que de una manera práctica apliquen los conocimientos positivos al mundo y los filósofos no sepan crear un conocimiento positivo que no cambie y sea universalmente aceptado. Se produce por lo tanto una ruptura entre las ciencias y la filosofía.
La filosofía se convierte entonces en un problema por sí misma, al no encuadrarse en un método científico que la haga universal. Lo cual será el motivo de esa ruptura, dando lugar a las ciencias positivas, demostrables y objetivas; y a la filosofía que al no ser universal ni demostrable, se relega a un segundo plano. Provocando que el hombre pierda su sentido de ser y no sea capaz de comprender su propia existencia. No le vale con el comprender el “yo soy”, sino que busca positivarse más, lo cual no consigue.
La filosofía moderna conduce, por tanto, a una pérdida del sentido de humanidad y a una crisis existencial del hombre que llega hasta nuestros días. Aunque contra éste pesimismo que se crea con la crisis de la verdad, la metafísica deberá ser un devenir para descubrir el sentido del hombre en cuánto que sea un animal racional que somete su propia humanidad a la propia razón. El racionalismo lleva a crear una idea de superioridad de todo aquello razonable frente a lo que la propia razón no puede positivizar. Pero esto no significa que si algo no se pueda positivizar sea porque no es verdad, o porque haya perdido su sentido primero. Sino que actualmente el filósofo se está conduciendo hacia filosofías y no a una filosofía, como algo universal.

En la actualidad surgen nuevas preguntas nunca antes realizadas y que llevan a la filosofía a tratar de responder nuevas cuestiones que abordan en el sentido de la humanidad. La filosofía tiene la necesidad de darles respuesta, siendo a partir de ahora heredera de su historia y no obviando partes de la misma, como hizo la modernidad con la filosofía medieval. Por lo tanto el sentido y la verdad de las cosas se encuentra en el estudio del conjunto de los saberes filosóficos a lo largo de la historia, de la que se es heredero hoy en día, sin que se pretenda positivizar todo el pensamiento, o se hable de una crisis de verdad cuando no es posible éste positivizar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario