martes, 13 de febrero de 2018

Algunas curiosidades sobre la liturgia



1.      Concepciones de liturgia anteriores al concilio vaticano II:
Antes del Concilio Vaticano II se ha de tener muy en cuenta dos concepciones principales sobre la liturgia:

  •  Por un lado, la del Movimiento Litúrgico que propuso tres tipos de definiciones sobre la liturgia:

-         Definiciones estéticas: son aquellas que entendían la liturgia como la forma exterior y sensible del culto, el conjunto de ceremonias y ritos
-         Definiciones jurídicas: que proponen la liturgia como el culto público de la Iglesia regulado por su autoridad.
-         Definiciones teológicas: son las que entienden la liturgia como el culto de la Iglesia, pero que se centraban solo en la acción de los ministros ordenados.
Esta perspectiva va a producir que la definición de liturgia se entienda como el conjunto de signos sensibles, eficaces, de la santificación y del culto de la Iglesia

  • Por otro lado, es importante la definición que contiene la encíclica “Mediator Dei”, en la cual se especifica que la liturgia es el culto público que nuestro Redentor tributa al Padre como Cabeza de la Iglesia, y el que la sociedad de los fieles tributa a su fundador, y, por medio de él, al eterno Padre es, diciéndolo brevemente, el completo culto del Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, de la Cabeza y de sus miembros.

Con esta definición se puso a cristo en el centro de la adoración y el culto de la Iglesia.

2.     Dinámicas trinitarias y dimensiones teológicas de la liturgia
Siguiendo la obra de C. Vaggagini: “El sentido teológico de la liturgia” y los puntos 5 y 6 de la Constitución Sacrosanctum Concilium, podemos afirmar que el camino por el que Dios viene a nosotros y nosotros vamos a él no se ha dejado a nuestro capricho sino que ha sido señalado por el mismo Dios que se nos revela.
De esta forma, sabemos por revelación que el Dios al que vamos encaminados, es un Dios Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. También sabemos que la propia revelación, nos abre una maravillosa espiral de luz sobre el ciclo de las relaciones entre este Dios Trinidad y cada uno de nosotros los hombres. De manera que todo procede del Padre, por medio de su Hijo encarnado, Jesucristo, en la presencia en nosotros del Espíritu Santo. Así por medio del Hijo encarnado, Jesucristo, todo debe retornar al Padre y alcanzar su fin último, la Trinidad.
Toda la estructura litúrgica presupone esta dialéctica. Por eso la acción litúrgica comienza en el Padre (Patro-originada) y finaliza también en él (Patro-finalizada). Tiene a Cristo en el centro de toda la acción litúrgica como el único y eficaz mediador entre Dios y los hombres (Cristo-céntrica). Es impulsada por la acción del Espíritu Santo que dinamiza y permite la acción litúrgica (pneumato-dinámica) que se realiza en la iglesia (eclesio-tópica) y en cada persona (antropo-mórfica)

3.     Historia de la salvación y liturgia.
La salvación es un misterio oculto del Padre, que a lo largo de la historia se ha ido progresivamente revelando a los hombres. De hecho son tres las etapas que se pueden identificar en esa historia de la salvación:
-         El anuncio y la preparación: Es el tiempo del Antiguo Testamento en el que gradualmente se va mostrando el amor de Dios hacia los hombres y la elección de estos en Cristo. Se utilizan figuras (tipos) de Jesucristo.
-         La plenitud y el cumplimiento: Es el tiempo del Nuevo Testamento en el que el Verbo se hace carne. Podemos conocerlo en persona y como actuó con hechos y palabras. Jesús tiene la centralidad de toda su acción en el momento pascual, donde se culmina su entrega al Padre por todos los hombres con su pasión, muerte y resurrección. Así como por el envío del Espíritu Santo y la institución de la eucaristía.
-         La actualización y la permanencia: En esta última etapa, el protagonismo es del Espíritu y de la Iglesia. Ahora la obra de la redención ha de llegar a todos los hombres mediante la fe en el Evangelio y la incorporación personal al misterio de Cristo en los sacramentos. He aquí la misión de la Iglesia: anunciar a Cristo y hacerlo presente en la vida litúrgica por los sacramentos.

4.     Misterio pascual y liturgia:
La historia humana se une a la divina por medio de la encarnación del Hijo, que no solo vino a compartir nuestra condición humana, sino que además quedo encarnado en el tiempo de los hombres para siempre. De hecho podemos decir que desde el acontecimiento de la encarnación se producen unos acontecimientos en el tiempo de los hombres como acción divina que se conocen con el termino Kairoi (tiempos oportunos y favorables). Estos Kairoi establecen una línea de continuidad a lo largo de toda la historia, de manera que su carácter salvífico está presente en todos los momentos de la historia de la salvación, aun cuando cada uno tenga su propia incidencia. Además, estos Kairois poseen la característica de ser irrepetibles, ephápax (de una vez para siempre).
Estos acontecimientos que son únicos en la historia, son producidos por la acción del Espíritu Santo que otorga la adopción divina a los hombres. Gracias a la acción pneumatológica el anuncio del Evangelio, el bautismo y los demás sacramentos, sobre todo la Eucaristía, se convierten en Kairoi en la vida de cada hombre que escucha, cree, se convierte, es bautizado y recibe el perdón de los pecados y el don del Espíritu, y persevera en la enseñanza de los Apóstoles, en la eucaristía, en la comunión y en la oración.
Al ephápax, característico de los Kairoi, le sucede ahora el hosakis (cada vez que/ cuantas veces), el cual se produce por medio de la liturgia. Como señala el Catecismo de la Iglesia: la liturgia cristiana no solo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los actualiza, los hace presentes. El misterio pascual de Cristo se celebra, no se repite, son las celebraciones las que se repiten, en cada una de ellas tiene lugar la efusión del Espíritu Santo que actualiza el único misterio.
Este paso del ephápax al hosakis, dentro de los Kairoi, se puede realizar en la liturgia gracias a los memoriales (anamnesis). Término que ya era utilizado en el Antiguo Testamento y que Jesús utilizará. El memorial, en su concepto pleno, es una conmemoración real, no meramente ideal o subjetiva, una representación de lo que se conmemora, una presencia real de lo que ha sucedido históricamente y ahora se nos comunica de una manera eficaz

5.     Modos de la presencia de cristo en la liturgia:
Como se ve en el punto 7 de Sacrosanctum Concilium, toda la liturgia tiene a Cristo en el centro. La presencia del mismo puede verse:
-         En el sacrifico de la misa, en la persona del ministro y en las especies eucarísticas.
-         También está presente en todos los sacramentos siendo él, el que realiza las acciones sacramentales.
-         En su Palabra, que siempre acompaña cada acción litúrgica.
-         Así como en la comunidad que se reúne para suplicar y cantar salmos.
De hecho, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. Donde la cabeza y todos los miembros de la Iglesia forman el cuerpo místico de Jesucristo, en el momento de ejercer el culto público íntegro. 

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