miércoles, 22 de junio de 2011

La libertad de conciencia como valor a respetar

“La calidad de la vida social y civil, la calidad de la democracia, dependen en buena parte de este elemento crítico que es la conciencia”- Benedicto XVI.
Cuando me planteé la necesidad de escribir sobre la libertad de conciencia necesitaba un caso que explicar, o una idea asociada a la libertad de conciencia para sostener el comentario. Pero releyendo el último discurso del papa Benedicto XVI en Zagreb (Croacia), pude apreciar que su discurso dirigido a la sociedad croata tenía como fin la defensa de la libertad de conciencia individual. Además el Papa defendía que la única forma que existe de mantener un sistema democrático es sin lugar a duda la defensa de una libertad de conciencia, y la oportunidad de expresar los pensamientos sin miedo a ser perseguido.

Para su santidad, las sociedades que no protegen una libertad de conciencia como valor democrático “están cavando su propia tumba”. Esto me hace reflexionar en que en los países en los que existe una libertad de conciencia mínima o no existe son justamente los menos democráticos del mundo. Ejemplos que se me ocurrieron en el momento de buscar que países pueden ser menos tolerantes con la libertad de conciencia, para ello el google me entregó noticias de disidentes en Cuba, Irán y China; después decidí buscar que países eran más tolerables con la libertad de conciencia y además de los países europeos, me llamó la atención el caso de Uruguay, que cuenta con una de las democracias más longevas de sudamerica, pues en este país ya en 1813 recibió la idea legal de: “la libertad civil y religiosa será garantizada en toda su extensión imaginable”. Entre esas libertades civiles ya aparece la libertad de conciencia.

Pero continuando con el discurso del Papa, me gustaría recalcar otra frase que el pontífice utilizó para propugnar su idea de que la crisis moral europea solo se podrá solucionar si las conciencias de los individuos permiten llevar a adelante el progreso de los individuos, ya que la carga individual fortalece las conciencias colectivas. Decía Benedicto que: “si se redescubre la conciencia como lugar de escucha de la verdad y el bien, de la responsabilidad ante Dios y ante nuestros hermanos los hombres —que es la fuerza contra toda dictadura—, entonces hay esperanza para el futuro”. Por lo tanto el valor de la libertad de conciencia debe ser primordial en Europa para poder salir adelante, para salvaguardar los valores democráticos que un día se fraguaron en Europa, y lo curioso de este tema es que sea el Papa el que haga estos apuntes, ya que ningún político europeo ha tenido la capacidad de pronunciar un discurso similar.

Señalar tambien la importancia del lugar en el que se ha clamado el mensaje, Croacia en el corazón de los Balcanes, una zona que no se ha caracterizado por su defensa de la libertad de conciencia y que necesita consolidar una democracia joven y débil, de ahí las palabras de Benedicto, que son un aire de esperanza para el futuro de la zona. Porque hay que recordar que las autoridades deben respetar la libertad de conciencia y la práctica religiosa, y las religiones, promover la paz, un mensaje muy necesario en los Balcanes, donde hace 20 años muchos líderes ortodoxos, católicos y musulmanes azuzaron la guerra fratricida, por eso ahora la Iglesia pone paz y abre la vía a la nueva realidad con el fortalecimiento de un valor a respetar y promover la libertad de conciencia.

Para concluir la reflexión me gustaría acabar con la misma reflexión que hizo el Papa la noche del sábado 4 de junio del 2011, cuando se marchaba de Zagreb en una vigilia de oración con jóvenes a los que exhortó a luchar por sus ideales “incluso a contracorriente”. Hay que mantener la libertad de conciencia si queremos mantener nuestros ideales de respeto en democracia.

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