Constantino llevó a cabo una serie de medidas que beneficiaron a los cristianos, y especialmente a los miembros del clero. Entre estas medidas cabe destacar los beneficios económicos que otorgó al clero cristiano para que se ocupara solo de los asuntos de la Iglesia, privilegio que no tenían las otras confesiones religiosas.
También otorgó a la Iglesia como institución la capacidad para recibir donaciones y herencias procedentes de los laicos; permitió a los obispos ser jueces ante ciertos asuntos, trasladando tribunales civiles al plano eclesiástico, reconociendo los dictámenes como ejecutivos e inapelables; y también equiparó el “dies solis” (día del dios sol) al “dies domini”, de esta manera el día del Señor (Domingo) pasa a ser el día más importante de la semana. Por este mismo motivo empezará a celebrarse el 25 de diciembre el nacimiento de Jesús, pues era el día que se celebraba el nacimiento del Sol.
A estos beneficios hay que unir otras medidas de evergetismo hacia los cristianos que consistieron en la subvención para el mantenimiento y el sostenimiento de nuevos edificios religiosos en ciudades como Roma, donde financió la edificación de la basílica constantiniana de Letrán (residencia papal hasta la construcción del Vaticano, puede que construyera también la basílica de san Pablo, aunque no está claro que fuera de Constantino si sabemos que hay excavaciones del siglo IV
En Tierra Santa tras la peregrinación de su madre, la emperatriz Elena, ésta afirmó haber encontrado la verdadera cruz de Cristo, así que comenzó a venerar ésta y otras reliquias que supuestamente encontró allí. Elena pide a su hijo que financie la construcción de iglesias para albergar las reliquias encontradas. Entre estas iglesias que mandó edificar Constantino destacan La iglesia del Santo Sepulcro (sobre un templo pagano dedicado a Afrodita) en Jerusalén; una basílica en el monte de los olivos y la basílica de la Natividad en la vecina ciudad de Belén. Para edificar estos edificios, se demolieron y expoliaron edificios paganos que anteriormente se encontraban en esas misas ubicaciones.
En la antigua ciudad de Bizancio, ahora rebautizada como Constantinopla en honor al propio Constantino, mandó edificar una iglesia consagrada a los santos apóstoles que buscaba albergar las reliquias de éstos, así como futura tumba del emperador que llegó a autoproclamarse el “apóstol trece”.
Otras consecuencias del beneficio de Constantino a los cristianos lo observamos en la carta que le dirige al gobernador del África proconsular. En la que le solicita que les devuelva los bienes confiscados a la Iglesia. Afirma que de esta forma se cumplen los acuerdos presentes en el Edicto de Milán. Al igual que en otra carta dirigida al mismo gobernador, exime al clero de cumplir con funciones públicas o civiles.
En otra carta que dirige Constantino al obispo de Cartago le ofrece una gran cantidad de dinero y le pide que éste se encargue de repartirlo, de manera que si necesitara más pudiera solicitarlo al encargado de la hacienda pública en el lugar.
Por último, observar que otro de los beneficios que otorgó Constantino a los clérigos fue la capacidad para poder liberar a los esclavos, tanto los obispos como los sacerdotes cristianos tenían la capacidad para liberar esclavos, incluso sin la presencia de testigos. Algo reservado a muy pocas autoridades romanas.
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