jueves, 22 de julio de 2010

Reflexión sobre: "la tolerancia en la sociedad vigilante"

El problema de la sociedad vigilante es que se basa en el miedo, ya que la naturaleza del hombre es ser malo, o esta es la filosofía que nos lleva a una sociedad con la necesidad de controlarlo todo. Por ello el Estado en la sociedad vigilante ha de ser un guardián que todo lo tenga más que controlado y evite que se escapen a su conocimiento las acciones de sus habitantes. Esto me hace pensar que lo mejor para lograr la tolerancia en la sociedad debería ser seguir el proyecto ya iniciado por Thomas Hobbes, el cual para acabar con ese impulso de la naturaleza nos propone una solución contra natura, que es un poder absoluto que rompa ese círculo vicioso . Pero entonces sería caer en una vuelta al antiguo régimen político en el cual un monarca absoluto nos gobierna de manera despótica. Por ello hemos decidido crear un sistema democrático en el cual los comercios, los políticos, las agencias (de marketing, de comunicación, políticas,…), etc. nos vigilan con la extraña función de que nos sintamos seguros en este régimen “tolerante”.
Aunque ahora se debe tener en cuenta esta aparente tolerancia porque como el propio Roiz nos indica somos la sociedad que puede “aceptar los derechos de una minoría, pero ello no implica que toleremos que nuestros hijos se hagan de esa minoría que nos aparece como legal” . Por tanto vemos que nuestra supuesta tolerancia choca de manera frontal contra nuestros principios morales, sentimos que esta democracia consiste en entregar una serie de Derechos a las minorías, pero sin embargo no nos gusta integrarlas en nuestra pequeña urbe. Legalmente somos una sociedad tolerante con las minorías, pero si estas nos llegaran a afectar o incurrir directamente preferimos obviarlas, en vez de integrarlas (lo cual sería una acción perfecta en una buena democracia), preferimos lavar nuestras conciencias con una serie de leyes y normas plasmadas en un código, que en definitiva regula nuestra conducta.
Nuestra sociedad es cada vez más vigilante, y aunque nos pese decirlo, cada vez más temerosa. O tal vez la paradoja sea la contraria, somos más temerosos de lo exterior o desconocido y por tanto más vigilantes. Lo cierto es que nos abrazamos a un clavo ardiente antes que querer conocer el exterior de nuestras ciudades (tanto internas, como externas) y por ello la política necesita de ídolos como instrumentos de ingeniería para mantener su statu quo.
Analizado todo esto debemos centrarnos en que si queremos llegar a ser una sociedad vigilante que concuerde con la tolerancia plena en un sistema democrático, lo primero que se debe conseguir es acabar con las obsesiones y las fobias que como indica Roiz: “las obsesiones y las fobias, a pesar de lo activas que resultan, no sólo no son pensamiento sino que impiden pensar”

Bibliografía base del análisis:
• ROIZ, Javier: Sobre la tolerancia en la sociedad vigilante. Publicado en: Utopía y praxis latinoamericana. Año 13. Nº 43 (Octubre-Diciembre de 2008). Págs. 103-118.

Bibliografía utilizada:
• ROIZ, Javier: El experimento moderno. Política y psicología al final del Siglo XX. Editorial Trotta, Madrid, 1992
• ROIZ, Javier: Sociedad vigilante y mundo judío en la concepción del estado. Publicado en: “Teoría política en la sociedad vigilante”. Foro interno. Nº 8 (Diciembre de 2008). Págs. 7-10
• TIERNO GALVÁN, Enrique. “Thomas Hobbes”, en Estudios de pensamiento político. Temas de ciencias sociales. Tucar ediciones. Madrid (España).

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