martes, 6 de mayo de 2014

La Conquista de Palestina por los Judíos llegados de Egipto.

1) Síntesis del libro de Josué y Jueces de la Biblia
- Josué:
En el libro de Josué se nos narra la conquista del pueblo de Israel que acaba de estar 40 años vagando por el desierto después de salir liberados de Egipto. El libro comienza con la muerte del que hasta entonces había sido el guía del pueblo, Moisés. Se hace cargo de la dirección del pueblo Josué con el mandato de Dios de que cumpla siempre la Ley y para que prepare al pueblo para cruzar el río Jordán y tomar posesión de la tierra prometida. Todas las tribus toman partida de ésta conquista, incluidas las que se encontraban ya asentadas en Cisjordania.
Josué manda dos espías a Jericó antes de la batalla y una prostituta llamada Rajab los protege y les dice que la defiendan a ella y su familia cuando la batalla de Jericó. Al parecer el pueblo les tenía miedo y reconocían la autoridad del Dios de los israelitas sobre el resto de dioses. Bajan por una ventana los espías con la promesa de defender solo a la familia de Rajab.
Josué les dice a los levitas que lleven el arca de la alianza y que el pueblo les siga hacia la batalla. Para cruzar el Jordán el Señor obra el milagro de que se pare el cauce del río hasta que pasen todos los israelitas.
Los israelitas tienen que poner por mandato de Dios 12 piedras en el río, una por cada tribu para recordar el milagro que Dios hizo allí. Tambien tienen que poner 12 piedras en el lado este de Jericó donde se asientan antes de la batalla.
Josué manda circuncidar a todos los israelitas en Guilgal ya que habían muerto todos los israelitas que salieron de Egipto y éstos sus descendientes no estaban circuncidados. Entonces se aparece un ángel como mensaje de Dios y le pide a Josué que se descalce pues pisa tierra sagrada. El mensajero le dice que tienen que dar una vuelta a la ciudad de Jericó con 7 sacerdotes durante 6 días seguidos y tocar las trompetas, precedidos por el arca de la alianza. Al 7º día darán 7 vueltas y en la última caerán las murallas y conquistaran la ciudad.
Así ocurre y matan a todos los habitantes menos a Ajab y su familia. Todas las posesiones de la ciudad pasan a ser de Dios. Jericó es declarada maldita y nadie podrá nunca reconstruirla.
Uno de los israelitas desobedece el mandato de Dios y se guarda posesiones de Jericó (un manto y unos lingotes de oro) por eso el señor les dice que han desobedecido sus mandatos. Josué arregla el problema eligiendo una familia al azar y por gracia de Dios descubre quien se ha quedado las cosas y lo soluciona matando a ésta familia y quemando las posesiones.
Después los israelitas tendieron una emboscada sobre Ay y el Señor les mandó tomar y quemar la ciudad pero quedándose el pueblo de Israel con el ganado y el botín de guerra. De ésta forma si pudieron quedarse ésta vez con las cosas del pueblo conquistado. Al rey de allí lo ahorcaron de un árbol y lo tiraron amontonado de piedras a la puerta de la ciudad.
Los habitantes de Gabaón se enteran de esto y se presentan ante Josué como si vinieran de una tierra muy lejana para servirles como esclavos, enterados de las proezas de Israel y su señor. Entonces descubren que les han engañado y no vienen de lejos sino de una ciudad cercana. Pero les perdonan la vida por el juramento que les habían realizado de que les sirvieran de esclavos. Por eso los ponen de aguadores y leñadores del templo.
Posterior a ese suceso ocurre la conquista de las ciudades del sur que se unen sus cinco reyes para atacar a los israelitas, pero Israel gana y los 5 reyes s ocultan en una cueva, Josué los mata y destruye sus ciudades. Aunque en el mismo relato se cuenta que destruyen una a una las ciudades primero y después mata a los reyes en ellas y no en la cueva.
Tras la conquista del sur atacan el norte y siguiendo la orden de Dios a Moisés los quemaron a todos y por eso después de aquello quedaron en paz. Se reparten las tierras entre las 7 tribus que faltaban por tener territorios y lo hacen por sorteo. Jerusalén le toca a la tribu de Benjamín.
El libro acaba con Josué que está muy anciano y avisa a todos los israelitas para que no se aparten de Dios a su muerte o los castigará quitándoles la tierra que han conquistado con su ayuda. Después aparece otro último discurso de Josué en el que reúne a todos en el centro de palestina, en Siquén, para decirles en nombre de Dios todo lo que han conseguido con su ayuda y para que realicen un juramento de fidelidad a Dios. Josué les pide que dejen de adorar a otros dioses, les da leyes y coloca una piedra para recordarles este juramento de fidelidad.
Muere Josué y el pueblo sirve a Dios durante el mandato de éste y el de sus ancianos herederos. Se entierran los huesos de José en Siquén y a Eleazar, hijo de Aarón se le entierra en Guibeá.
- Jueces:
Tras la muerte de Josué los israelitas por tribus deciden continuar la conquista de la tierra prometida y por eso continúan luchando contra los pueblos de alrededor. Ahora el relato explica porque existen territorios no conquistados y como éste es el motivo de que allí pervivan Amorreos y Cananeos que serán sometidos a trabajos forzados por los israelitas.
En cuanto a la fe del pueblo en Dios ésta se pierde al morir Josué y los ancianos del pueblo y por eso cuando empiezan a adorar a otros dioses Dios les retira el favor, perdiendo varios territorios ya conquistados. Fueron condenados por Dios a caer en manos de otros pueblos y el Señor les castigaba con guerras perdidas debido a ésta impiedad. Se crean entonces unos caudillos locales (Jueces) que contaban con el favor de Dios frente al pueblo en momentos de peligro.
Cuenta la historia de la tribu de Dan, con Micá que toma a un Levita venido de Belén y lo adopta como hijo suyo y sacerdote de su santuario. Pero un día un grupo de Danitas atacan la casa de Micá, le roban y se lo llevan todo, incluido el sacerdote levita. La Biblia recalca mucho que en ésta época no había rey de Israel y cada cual hacía lo que quería.
También se cuenta el crimen cometido
por la tribu de Benjamín cuando matan a la concubina de un levita que trasnochaba en Guibeá. Debido a éste ultraje se unen el resto de las tribus para dar castigo al pueblo de Guibeá y luchan para matar a todos los habitantes de éste pueblo. Posteriormente los perdonaran y como les habían dejado sin mujeres les mandan a raptar a unas y a llevárselas con ellos.

2) Síntesis de los capítulos 3 y 4 de FINKELSTEIN, I.-SILBERMAN, N.A., La Biblia desenterrada
- Capítulo 3. La conquista de Canaán:
En éste capítulo los autores relatan en primer término un resumen de los pasajes bíblicos comentados con anterioridad en éste mismo trabajo. Así empiezan ellos ha encuadrar la historia bíblica para intentar ver si es histórico lo que se cuenta o pueden tener algo de histórico.
La arqueología y el estudio de documentos de la época (aprox. 1200 a.c.) demuestra que existían israelitas, o al menos un pueblo llamado Israel en la zona, pero que carece de sentido que hagan guerras relámpago como las que comenta la Biblia. Además los textos no mencionan la existencia de egipcios fuera de Egipto, pero esa zona era controlada por los egipcios como demuestran las investigaciones. Además las ciudades eran muy pequeñas (los campesinos vivían en poblados dispersos) y no tenían murallas.
Los reyes de la época tenían muy escaso poder y se ve en las cartas conservadas de la época que pedían para las guerras entre 50 y 100 soldados para defender sus ciudades. Tenían, éstos reyes, que pagar impuestos al faraón de Egipto. Los restos arqueológicos en la zona muestran jeroglíficos egipcios en las columnas de las construcciones.
Albright estudió el terreno en el que supuestamente habría estado el Israel de Josué. Encontró una pequeña ciudad incendiada y que había sido habitada por Israelitas posterior al incendio. Todos los descubrimientos parecían ajustarse al relato bíblico. Incluso los posteriores hasta los años de 1950. También hay nombres de reyes que coinciden con los de la Biblia, o parecen coincidir, en las vecinas ciudades cananeas.
Se descubre que Jericó nunca fue grande ni tuvo murallas, por lo que es imposible que la conquista de la ciudad se realizara como lo pone en la Biblia. De igual modo hay que valorar las conquistas de las otras ciudades que tampoco coinciden con las relatadas en la Biblia.
En ésta época que se está tratando se produce una crisis en todo el territorio, lo que lleva a pensar que Palestina estaba cayendo de su prosperidad anterior. Sobre todo en manos de Egipto que se alza como el máximo imperio de la época. También aparece el imperio Hitita (actual Turquía), que compartirá frontera con Egipto en Palestina. Para asegurarse la paz, Ramsés II casará con una princesa Hitita. Del sur de Grcia aparecerá a su vez, una próspera civilización que inspirará la Ilíada y la Odisea, los Micenos. Muchas riquezas se manejaban en ésta época y había un comercio de bienes de lujos controlado por los reyes locales y Egipto.
Pero aproximadamente en el año 1200 a.c. se produce un cambio en la economía y esto conlleva a que se abandonen los pueblos y pierdan valor las ciudades que hasta entonces eran la cumbre económica. Los “pueblos del mar” atacan la zona. Se produce la crisis del bronce que es la que arrastra a los pueblos a las luchas por territorios y a los desplazamientos por el mar, de ahí vienen los conocidos “pueblos del mar”.
Al parecer muchas historias de las de éstos capítulos de la Biblia serían fruto de leyendas que nacerían de ver restos ruinosos del período anterior y fenómenos naturales. La Biblia recalca mucho: “Se pueden ver todavía hoy”, haciendo alusión a fenómenos naturales que perduran en el tiempo.
Parece ser que el texto de Josué se escribió en la época de Josías (s. VII a.c.). Pues las fronteras coinciden con las de esa época. También se nombran ciudades cananeas de la época que no se vuelven a citar en otra parte de la Biblia.
En definitiva parece ser que el libro de Josué eran historias para mantener al pueblo unido a Dios a pesar del comercio y el contacto, con su consiguiente intercambio cultural, con otros pueblos de los alrededores.
- Capítulo 4. ¿Quiénes eran los israelitas?:
Existen contradicciones no solamente entre la Biblia y la realidad histórica, sino que también entre los diferentes libros de la Biblia. Particularmente los autores señalan entre el libro de Josué y el de Jueces hay una serie de contradicciones. También hay incoherencias en los relatos bíblicos con la realidad histórica sacada de documentos históricos de la cultura de los pueblos vecinos.
Al parecer no fue posible que existiera una paz entre Israel y los pueblos Cananeos ya que no fueron exterminados del todo como dice el libro de Josué. La versión teológica del periodo está contenida en el libro de los Jueces cuando invita a los dirigentes a ser virtuosos y a los propios israelitas a no juntarse con los pueblos de alrededor.
La Biblia cuenta poco de la forma de vida de los israelitas, solo habla de las reparticiones de tierras y de las luchas contra la idolatría. No se sabe cómo un pueblo esclavo en Egipto se adaptó a las tierras de Canaán para ser campesinos asentados.
Para intentar explicar éste fenómeno social y cultural han aparecido varias teorías entre las que destacan la de Alt y la de Mendenhall y Gottwald. La primera es anterior en el tiempo y la de los dos siguientes autores parece ser la que concluye con la investigación hasta el momento presente, sobre la entrada del pueblo de Israel en Canaán.
La teoría de Alt, también conocida como de la “infiltración pacífica”, dice que parece ser que los israelitas pudieron ser un grupo de pastores trashumantes que poco a poco se fueron infiltrando con la población cananea.
Se les podría identificar con dos grupos sociales que aparecen en documentos egipcios y que parece ser moraban por la zona en éste período de tiempo: Los Apiru, que parece ser un grupo sin organización política establecida y dedicados a asaltar caminos, una especie de bandoleros de la época, que además se dedicaban al comercio; o los Shosu, que eran unos pastores nómadas dedicados a la ganadería sin un lugar fijo en el que estuvieran establecidos.
Para Mendenhall y Gottwald la teoría sería que en realidad los israelitas se tratan de unos campesinos egipcios que huyen de su país debido  las enormes presiones económicas y socio-políticas del momento. Salen de Egipto, siendo egipcios pero con una cultura religiosa diferenciada del resto de los egipcios. Éstos se asentarían en Canaán buscando un bienestar social.
Lo clave de la investigación de éste período va a ser el descubrimiento arqueológico que va a demostrar que a partir del 1200 a.c. se produjo en el territorio de los israelitas una revolución social y cultural de la vida, sin que exista una explicación d a qué fue debido. Pues aparecen productos nuevos y más perfeccionados pero no se ve una incursión extranjera, ni una creación de nuevos asentamientos, ni tan siquiera un aumento demográfico considerable.
La vida en las fronteras de las tierras altas parece mostrar, gracias a los descubrimientos arqueológicos, que eran pacíficos y no tenían grandes placeres, en contraposición con la imagen de guerra continua que se nos presenta en la Biblia. Como ya se ha comentado ni tan siquiera tenían muralla las ciudades.
Una nueva clave en la búsqueda de quienes pudieron ser en realidad los israelitas nos la ofrece el descubrimiento en la zona de tiendas. Muy parecidas a las utilizadas en ese mismo lugar hasta finales del siglo XIX y principios del XX de nuestra era. Lo cual parece ilustrar que con toda probabilidad el pueblo israelita fueran pastores trashumantes que llegado un momento histórico decidió asentarse en Canaán.
Pero además los vestigios históricos muestran asentamientos anteriores a éste último, en lo que los autores han llamado “los ciclos ocultos de Canaán”. Según ellos llegó a haber hasta 3 asentamientos hasta el definitivo.

Lo novedoso del libro de los jueces, en conclusión, es su forma de estar escrito pues se muestra como relatos épicos. Pero al igual que otros libros de la Biblia no se puede tomar como un libro histórico sino como una historia teológica en la que el pueblo peca, lo que conlleva un mal para ellos y Dios actúa para salvarlos del mal que se ha cometido.

Para esta historia de Israel se ha utilizado los capítulos de Josué y Jueces de la Biblia y los capítulos 3 y 4 de FINKELSTEIN, I.-SILBERMAN, N.A., La Biblia desenterrada. Siglo XXI de España editores. Madrid, 2003

RESUMEN DE REPENSAR LA TEOLOGÍA DE LA INSPIRACIÓN BÍBLICA DE DOS SANTOS VAZ

Dos Santos Vaz es profesor en la universidad Católica de Portugal. Especialista en Sagradas Escrituras y en ciencias bíblicas. Pertenece además a la Orden de Carmelitas Descalzos. Siendo un reconocido profesor y un especialista en el análisis de las Escrituras.
En éste texto él va a analizar la Inspiración de Dios sobre las escrituras y va a observar de que manera se cristalizan y llegan a nuestros días, partiendo desde el primer encuentro de Dios con los hombres y toda la evolución de su comunicación hasta la actualidad.
Él dice que cuando se habla d que la Biblia es Palabra de Dios se ha de pensar de que manera inspiró Dios a los autores sagrados para escribir esa Palabra. Pues la Biblia no es un libro que cayera del cielo escrita o que de manera sorprendente apareciera por arte de magia.
El problema surge porque desde hacía siglos se concebía la Verdad revelada solo a los Hagiógrafos sin que se les considerara el momento sociopolítico o religioso en el que fueron escritos en un espacio contextual y temporal. Esto llevaba a concebir como errónea la idea de cómo se habría producido la inspiración. Pues hasta hace pocas décadas se les dotaba de un sentido teológico y no de un análisis de los datos bíblicos sin más.
Para ello y en un primer estudio realizado por el autor se nos van a presentar los factores que posibilitaron un cambio de perspectiva. Éstos se debieron a un importante cambio en la mentalidad de los estudiosos y teólogos debido  diversos factores que el profesor Dos Santos enuncia de ésta manera:
-         La importancia de la Iglesia como “Pueblo de Dios”. Lo cual hacía que se prestara atención de una manera muy particular, tras un momento histórico y renovador como fue el Concili Ecuménico Vaticano II”, al trasfondo comunitario de las escrituras. Las cuales se ven como un mensaje enviado a una comunidad.
-         Incluso antes del “Concilio Vaticano II” ya se estaba tratando de subrayar las raíces sociales de la inspiración.
-         Se sitúa en la Dei Verbum la Palabra de Dios en un contexto socio-religioso de un pueblo, en éste caso el Pueblo de Israel, en momentos de su historia de revelación y salvación con un Dios que se ha manifestado a los hombres de esa comunidad.
-         La arqueología por su parte, así como los textos extra-bíblicos del período histórico encontrados en los pueblos y culturas circundantes nos muestran una oportunidad de comparación con los textos de la Biblia y se ven las similitudes y diferencias entre ellos.
-         Se toman relevancia los estudios históricos-críticos mediante los cuales se reconoce que los autores bíblicos son “verdaderos autores” de las Escrituras y a la vez se acepta que “Dios habla por medio de hombres y en un lenguaje humano” (Dei Verbum)
Tras la presentación de éstas causas, el profesor Dos Santos nos intenta realizar una sistematización de la perspectiva actual sobre la naturaleza de la inspiración bíblica.
Él dirá que se ha de entender que la Palabra se articula y se transmite a partir de un grupo humano en una evolución histórica de la historia de la Salvación; la cual culminará con la venida del Hijo de Dios. Por lo tanto ha de entenderse sistemáticamente la inspiración a través del pueblo de Israel y de la Iglesia apostólica como un grupo de humanos sobre los que recae esa inspiración bíblica, y los cuales se encuentran con la necesidad de sistematizarla.
Para ello el autor nos presenta una evolución histórica de la Palabra a través del tiempo y como fue configurándose en el espíritu interno de la comunidad israelita a través de los siglos hasta que se abre al resto de la humanidad y su paso por el mundo hasta la actualidad. Él propone la siguiente síntesis histórica para convencionalizar la Palabra que se ha legado hasta nuestros días:

1.   La inspiración de Dios en la historia de un pueblo:
Dios se revela desde Abraham a un pueblo que muy posteriormente sintetizará y escribirá sus interpretaciones de los hechos por la inspiración. La historia de la revelación comienza con Abraham dirigida en una manifestación de Dios al pueblo de Israel.
La revelación de Dios es interpretada por el hombre a través de la experiencia de un pueblo, es subjetiva por tanto pues es interpretada por hombres desde su punto de vista, aunque no sea una capacidad del hombre hacia Dios, sino de Dios a los hombres a los que se revela.
La Palabra y los hechos de Dios se suceden a lo largo de la historia de Israel y presenta la realidad oculta de Dios que se desvela a través de esas dos realidades subjetivas: los hechos y la Palabra. La Palabra de Dios ha de ser interpretada no como una exégesis bíblica sino como palabra de hombres que se desarrolla en un mundo de hombres. Por tanto la acción del espíritu y del hombre sobre el que recae la acción no se pueden separar.
Los hechos históricos sorprendieron a los hombres que los interpretaron en una clave religiosa. Éstos hechos históricos fundaban las bases de la comunidad y la dotaban de pilares socio-culturales. Seguramente éstas interpretaciones surgen de líderes carismáticos que al contacto con lo divino supieron interpretar sus signos en los hechos históricos. El pueblo aprende por ellos a leer e interpretar los hechos históricos desde una óptica religiosa.

2.   El Espíritu de Dios en la historia de la revelación:
En el manifestarse de Dios resulta fundamental que el hombre acoja a Dios en ese diálogo, pero en ese manifestarse de Dios el que realiza la acción es el espíritu que se manifiesta según su voluntad y ha de ser acogido por el hombre. El Espíritu de Dios en la Biblia se refería a ese Dios que se comunica con los hombres. El término espíritu de Dios, Palabra o presencia fueron calando la Biblia como sinónimo del propio nombre de Dios.
Se trata el Espíritu de Dios como un fenómeno posesivo en el que los hombres protagonistas de la historia de la salvación actuaban en nombre de Dios. Es el espíritu el que guía a Moisés, a Sansón, a David, etc.
Después se verá también con los profetas, la Palabra del Espíritu de Dios presentada como palabra de hombres. Será el Espíritu el que hable por boca de los profetas. El Espíritu capacita a los profetas para hablar. Por lo tanto la Palabra del profeta en tanto que se considera realizada por el espíritu es Palabra de Dios.
Otra expresión del pueblo en el que se concreta la revelación de Dios es en la Ley. Para ellos será fundamental la acción del Espíritu sobre la Ley y los profetas. La Ley (Torah) se consideraba dada por Dios a Moisés, era como un paso previo a ser considerada Palabra de Dios. Era la que regulaba las acciones culturales y sociales del pueblo de Israel, por eso la importancia de esa Ley.

3.   La revelación transmitida en la vida del pueblo:
Éstas experiencias del pueblo se transmiten de manera oral y no por escrito. De generación en generación queda latente en las instituciones, leyes, costumbres, historias, leyendas, etc., del pueblo que lo configuran como tal. Algunos de los mitos y costumbres se verán aumentados o disminuidos con el paso del tiempo por nuevas interpretaciones a la luz de las experiencias vividas por el pueblo. Éstas interpretaciones se realizaban en un contexto social estructurado con una jerarquía social y religiosa desempeñada por carismáticos al servicio de la Palabra de Dios.

4.   La Palabra de Dios se fija por escrito
Llegado un momento histórico se fijaron todas éstas tradiciones del pueblo por escrito y se plasman con las formas de concebirlas típicas de la época en que son escritas y no con la realidad ocurrida en los siglos anteriores. A partir de ésta época ya no hay oráculos sino libros escritos por los profetas. Al parecer con Esdras se queman los escritos y él pide la inspiración del Espíritu para recuperarlos. De ahí que en los nuevos escritos se varíen las interpretaciones a la inspiración del Espíritu de Dios. Poco a poco se van elaborando los escritos y aparece alrededor del año 132 a.c. un tercer bloque de escritos considerados libros sagrados que se sitúan junto a la Torah y a los Profetas. La inspiración en los Hagiógrafos del Espíritu se ha de considerar desde la concepción y la inmanencia de los escritos

5.   La “Palabra de Dios” encarnada en Jesucristo
Dios va hablando en el lenguaje humano de muchas formas hasta que culmina su lenguaje humano con la encarnación del propio Dios en su Hijo. La Palabra se encarna en Jesucristo y toma no solo la lengua de los hombres, sino al propio hombre. Es Dios en su máximo lenguaje humano, la Palabra había sido el camino que llevó a la culminación de la revelación con el hacerse carne.

6.   La Palabra de Dios cristaliza en la tradición apostólica
Las enseñanzas de Jesús es oral a sus discípulos y seguidores. Con él se completa el misterio de la salvación que encuentra su culmen en su muerte y resurrección.
La Tradición apostólica es fruto de las predicaciones de Jesús que se cristalizan en ese vivir de los primeros seguidores y como éstos transmiten todo aquello que Jesús predicó. Tras su resurrección se comprende como autorrevelación escatológica de Dios. El mensaje se va llevando a otros ambientes y culturas diferentes al original, y se conservan por la llamada Tradición apostólica.

7.   La acción del espíritu de “Cristo” en la Iglesia apostólica
La revelación plena se completa cuando viene el Espíritu sobre la tierra, que ya no es solo el del Padre, sino también el del hijo. Para predicar la Palabra de Dios con valor será necesario contar con el Espíritu. Éste Espíritu será el que mantenga la Palabra de Jesús viva y el que sostenga a la Iglesia en toda su labor.

8.   La “Palabra” encarnada cristaliza en escritos bajo la influencia del Espíritu de Jesús.
Para permanecer en las enseñanzas de Jesús, tras su muerte y resurrección, era necesario ponerlas por escrito para mantenerlas. Pues los testigos oculares también estaban desapareciendo y los nuevos ya no eran una fuente primaria de las enseñanzas de Cristo. Las comunidades tenían la necesidad de mantener el mensaje y por eso se produjeron nuevos escritos funcionales, ocasionales y fragmentarios. Éstos escritos serían tanto para mantener el mensaje como para extenderlo a otras comunidades ya formadas o recién creadas.
El Espíritu de Dios se encarga de proteger la Iglesia, por tanto ha de verse también su obra sobre los escritos de la comunidad, los cuales fueron escritos por inspiración. Los autores del Nuevo Testamento estaban necesariamente bajo el influjo del Espíritu; utilizan las palabras y el mensaje del Verbo encarnado que es Jesús.

Así vemos que la inspiración de los escritores era un carisma personal de algunos individuos de la comunidad de Fe, sin que se pueda hablar de “comunidad inspirada”. Pero no eran escritos que se pudieran considerar aislados de la comunidad en la que acontecía la revelación divina. Todos los libros tienen éste carisma de Palabra de Dios que los impregna por la acción del Espíritu sobre ellos.
Incluido el Apocalipsis como último libro de la Biblia. En éste se puede observar cómo se presenta la revelación de Cristo en un tono que explicita un todo divino. La clave está en leerlo en un sentido figurado; ya que es una metáfora de la vida celeste como el culmen de la revelación de Jesús.
La Iglesia acoge los escritos del Antiguo Testamento ya que Jesús atestiguó, durante su vida, el origen y la naturaleza divina de los escritos allí recogidos. La Iglesia Apostólica y, por ende, la post-apostólica los recoge pero desde el punto de vista de Jesús. Son analizados, por lo tanto, a la luz de la revelación total acontecida en Cristo. La Iglesia “reedita”, “reescribe”, “relee”, éstos escritos teniendo a Jesús como la luz que los ilumina y les da un nuevo sentido al que tenían antes de su encarnación. Son como el camino preparatorio para la venida del Cristo que es el culmen de la historia de la salvación, con él se entienden las escrituras como Palabra que se encarna y nos da un valor diferente a las escrituras en su totalidad.

En conclusión debemos afirmar que la Palabra de Dios no se puede conservar ni entender si no se transcribe a palabra de hombres y esto, por obra del Espíritu, se cristaliza a través de la inspiración. El mantenimiento y sostenimiento de la fe de un pueblo ha de ser fundada en los escritos que lo configuran y la Palabra de Dios es ese armazón que contiene el sentido de permanencia de la comunidad. Pero aunque sea la vértebra de la Fe, no se ha de pensar como un escrito comunitario, sino que la Biblia es fruto de una serie de escritores que se hallan dentro de una comunidad con sus costumbres, culturas, uso del lenguaje, etc., pero que han sido tocados por un carisma particular que los hace ser escritores por inspiración de aquellas palabras que Dios ha querido que permanecieran por escrito.

Además se tiene que entender que lo que la Biblia relata no son verdades históricas, ni biológicas, ni geográficas, etc., son las Palabras de Dios que nos conduce a la salvación, por eso la intencionalidad del Espíritu al revelar las escrituras, y la de los escritores bíblicos al plasmarlas por escrito, no ha sido la de servir de conducto a verdades físicas o humanas, sino que han de ser entendidas como Palabra de Dios para la salvación del género humano. Son palabras de hombres inspiradas por Dios y dentro de la formación e historia de un pueblo, una comunidad. La inspiración es por tanto un proceso que ha ido evolucionando desde la Palabra oral a la palabra escrita y vivida. Evolución paralela a la de una comunidad de fieles que le ha dotado a la Biblia diferentes sentidos teológicos, históricos, biológicos, etc. Y que desde el siglo pasado, la Iglesia ha ido tomando conciencia del estudio de las escrituras desde su paradigma de Palabra de Dios, y no como algo a lo que hay que temer y evitar su análisis, porque sería condenatorio tratar de ver que es lo que dicen las escrituras e intentar explicarlas. Gracias a éstos estudios la explicación de la exégesis bíblica es más completa y se puede hacer un estudio más detallado de la verdadera revelación, sin perder los análisis en explicaciones de hechos menos importantes.

El texto utilizado de base para éste resumen es: 
DOS SANTOS VAZ, A., Repensar a teologia da inspiraçâo da Bíblia, en Didaskalia XXVIII (1998) 59-91.