jueves, 28 de enero de 2010

Reflexión sobre la globalización

Este es un hecho que en nuestra sociedad trata ya de una realidad más que evidente. La llamada Globalización, ha logrado que a su alrededor nazcan corrientes de pensadores e ideas que defiendan unas posturas a favor y/o en contra. Pero antes de posicionarse hay que estudiar los argumentos que estas personas oscilan para decantarse dentro del grupo pro-globalización o anti-globalización.
Para ilustrar estas ideas se ha procedido al visionado de los documentales: “La globalización es buena” y “Otro mundo es posible”, en los cuales se observan las posturas a favor y en contra de este movimiento globalizador.
A favor se observa que gracias a la globalización, países paupérrimos pueden optar a un atisbo de riqueza y bienestar, gracias a su crecimiento económico. Por ejemplo en China hay personas pobres que pueden optar a abandonar el subdesarrollado mundo agrario para acceder a las inmensas ciudades persiguiendo el sueño de la industria nacional. Esto nos hace ver un desarrollo industrial, productivo y, además, económico. Además gracias a este proceso globalizador se puede mantener el progreso en los países desarrollados, como Europa Occidental o Estados Unidos, y generar este bienestar en países infra-desarrollados como los africanos, que actualmente pueden optar incluso al uso sistemático de teléfonos móviles. Para los defensores de la globalización esta es buena, y lo es porque es ella la que consigue los avances científicos y la que otorga que la información llegue mucho más rápido desde un lado del mundo a otro. Ellos defienden la globalización como símbolo del futuro.
En contra, sin embargo, se observan cambios, en la mayoría contrarios a los argumentos a favor. Para los defensores de la no-globalización del mundo, este proceso no es más que símbolo de hambre y miseria. Ya que el antiglobalización piensa que el malestar que se produce en el mundo actual, es decir, la pobreza en África o América latina, la falta de medios que frenan el progreso en la India o el engaño al que es llevado la población mundial por la desinformación, es a causa de la globalización. Por ello sus argumentos en contra de este proceso es que este es el culpable de la falta de ayuda al progreso en el mundo subdesarrollado, es causa del hambre, es un medio de engaño a la sociedad para promover el consumismo….
Tras comprobar las dos posturas hacia la globalización, tan solo queda hacer un análisis crítico de la misma y sacar conclusiones. Por ello a la hora de tomar una posición ante este fenómeno no queda más que ser objetivo y decir que la globalización no solo es necesaria sino que es buena y útil. Ya que gracias a ella se consigue que internet traspase fronteras, que la información avance por segundos y que el progreso de la humanidad se haga cuantitativo en nuestros días. Aunque he de señalar que si bien la globalización es buena, hay que tener en cuenta que se está imponiendo mal. Esta mala praxis es la que hace que se generen las diferencias sociales entre unos mundos y otros, ya que la globalización se está extendiendo, pero en lugar de extenderse al completo se está haciendo de manera desigual, según los territorios del mundo y, además, los que la están importando lo hacen de muy mala manera. Esto se debe a que se está globalizando antes el consumo de productos como la coca-cola producido por las grandes multinacionales y no se está globalizando, por ejemplo el derecho a la idea de sanidad pública tal y como la conocemos en Europa. Es decir, se está globalizando más mal que bien, y se está además creando, por medio de esta vasta globalización una falta muy fuerte de valores. Gran fallo también de este proceso, es el intentar cambiar los valores éticos y morales de los pueblos por los valores occidentales, que no siempre encajan dentro de las sociedades ajenas a la vieja Europa o la consolidada democracia estadounidense.
Por ello se ha de ser cauto a la hora de hablar de globalización y hay que tener claro que es lo que se está globalizando. No se debe olvidar que en definitiva, la globalización no es más que un intento de unificar el mundo bajo unos mismos criterios culturales, medios ambientales, tecnológicos, etc., y esto hace que el proceso globalizador caiga en manos de empresas que busquen más que una globalización un gran sector de consumidores e intenten hacer negocio de dónde no lo hay. De esta forma habrá lugares en los que la educación o la sanidad no sean importantes o no estén desarrollados y sin embargo, Mac-Donald sea un gran importador de carne. Esto creará en esa zona que empresas extranjeras intenten con la falsa idea de globalizar la zona la explotación del lugar generando una pobreza mayor del lugar, mientras que si esta misma globalización la hicieran desde los gobiernos sin mirar intereses particulares, la globalización erradicaría enfermedades, arreglaría el hambre en el mundo y serviría de sobra para cubrir los intereses particulares de los habitantes del globo terrestre. Para ello la globalización ha de importar teléfonos móviles a la par que comida, educación, sanidad y progreso.
Además si se consiguiera globalizar todo esto se conseguiría que, a grandes rasgos, todos se ayudaran mutuamente. Esto es lo que ocurre, por ejemplo en los países democráticos con la globalización económica. Gracias a esta globalización económica una subida en la bolsa de EEUU puede lograr una subida en la economía de países como España o Reino Unido. A la vez que estos cambios en las bolsas pueden afectar negativamente. Si toda la economía mundial estuviera a día de hoy, globalizada a todo el mundo hubiera afectado la crisis actual, pero de seguro vivirían la mayoría en democracias de derecho y no en las condiciones paupérrimas a las que actualmente se ven condenadas. De esta forma se lograría que cuando la crisis cíclica que estamos sufriendo se atenuara o desapareciera estos países mejorarían con el resto y no permanecerían tal y como están.
La globalización es un tema muy delicado porque si no se hace bien puede causar daños en los lugares más frágiles del planeta, pero que si se despacha bien puede ser un enriquecimiento mundial de grandes y pequeños, fuertes y débiles. Hay que ser globalizador pero con los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros para lograr globalizar el bienestar del mundo del progreso sin perder la cultura y valores de los países globalizados; y ante todo llevar la educación a cualquier lugar del mundo para que los individuos no puedan ser engañados por la falsa publicidad ni sirvan para menosprecio de una sociedad esclava de la moda.

viernes, 22 de enero de 2010

Los tupamaros en Uruguay

Presentación

Con este trabajo se pretende adentrar en la situación y en las características que propiciaron la creación de un grupo terrorista antes de la dictadura militar en Uruguay. Así cómo mostrar su evolución en el tiempo y su democratización para ostentar los cargos públicos que el actual sistema democrático les ofrece. El movimiento de liberación nacional Tupamarus, fue muy importante en los cambios de mentalidad en un país en el que el poder estadounidense y la crisis económica e institucional habían agotado todos los sueños democráticos de una pequeña población. Uruguay cuenta con unos 3 millones de habitantes y murió durante la dictadura un tercio de la población, lo cual deja a un población muy marcada y altamente influenciada por esa época y los actores políticos-sociales que fueron protagonistas.

El movimiento fue importante antes de la dictadura porque ayudo a un paupérrimo Uruguay a mantenerse, estando al lado del más pobre y necesitado. Durante la dictadura fue un elemento de incordio silencioso de los poderes públicos, además desde el exilio o las prisiones los tupamaros daban una fuerza pública al pueblo y no perdieron la esperanza en ningún momento. Tras la dictadura fueron y son pieza clave en la democratización de Uruguay y en la restauración del orden republicano.

Además entre sus miembros se hallan personalidades de la talla del recién fallecido Mario Benedetti o del periodista Fernández Huidobro, el cual ha plasmado en sus obras siempre el espíritu tupamaro.

Como se podrá comprobar es interesante la evolución de las armas a la democracia del grupo y como logró que el Frente Amplio, en el cual estaba integrado ganara unas elecciones presidenciales. Además uno de sus ex dirigentes podría ser candidato a las próximas elecciones presidenciales, José Mújica.

Uruguay: La suiza sudamericana.

Para poder comenzar a hablar del movimiento de liberación nacional- Tupamaros, hay que empezar por conocer el comienzo del Siglo XX en Uruguay. Este país era el más avanzado científica y socialmente de todo el cono sur. Gozaba de una prosperidad económica y un bienestar social de gran relevancia mundial. Su economía era de las más sanas de América y su posición en el mercado le hacía una democracia fuerte.

Uruguay se hallaba en esta época gobernada por José Batlle y Ordóñez (1856-1929), presidente de la república uruguaya en dos ocasiones no consecutivas (1903-1907 y 1911-1915). Su papel en la época fue decisivo para el esclarecimiento y fortalecimiento de la democracia en Uruguay. Durante su gobierno se esfumaron muchas de las diferencias sociales y se consiguió que la masa social se trasladara dando lugar a una floreciente clase media, inexistente en el lugar hasta este momento.

Hay que entender dentro del gobierno de José Batlle dos épocas de gobierno que coinciden con sus dos mandatos. Para empezar el primero de ellos se desarrollaría entre 1903 y 1907, caracterizado por el alzamiento de 1903 que se produjo a la llegada de Batlle al poder, por la rotura del “pacto de la cruz”, y que no llegó a causar una guerra civil ya que Batlle supo solucionar los acuerdos con otros acuerdos nuevos. Posteriormente a este episodio, hay que señalar la revolución que surge en 1904 cuando de nuevo los colorados y los blancos sienten que los tratados de gobierno no se están cumpliendo, en este caso si se va a desencadenar una guerra que durará nueve meses y concluirá con la muerte del líder nacionalista Saravia. Como consecuencia a esta revolución se debe señalar la pérdida de cabeza de ganado (600.000 vacunos, 700.000 ovinos y 200.000 equinos) así como la pérdida de 16.000 Km de alambrados y la gran dispersión de mano de obra*. Además en el terreno político se logró una unidad política en todo el territorio consiguiendo así que el partido ganador de los comicios pudiera disponer de sus decisiones en todo el territorio nacional y no simplemente en algunos departamentos como ocurría anteriormente. Esta unificación queda recogida en las palabras de Batlle: “Reputo errónea la teoría de la política de coparticipación, según la cual los ministerios deben constituirse, en parte, con hombres de opiniones y tendencias contrarias a las del Poder Ejecutivo, pues no es posible que haya tarea de aliento ni fecunda allí donde obedezcan a planes distintos y contradictorios los obreros encargados de realizarla”- José Batlle y Ordóñez.

*Datos extraídos del libro: Milton I. Vanger: The Model Country: José Battle y Ordóñez of Uruguay, 1907-1915., Editorial: University Press of New England, o. O. 1980, ISBN 0-87451-184-4

Durante su segundo mandato (1911-1915) se consiguió mejoras sociales y salariales para los trabajadores. Se impusieron pensiones a ancianos y discapacitados. Se nacionalizaron empresas y se aumentó las ganancias económicas dentro de las fronteras del territorio Uruguayo. Por último se logró la estatificación del banco de la república oriental de Uruguay, el banco hipotecario del Uruguay, el banco de seguros del Estado y la administración de ferrocarriles del Estado. Así como la aprobación de la ley del divorcio y la secularización del Estado, rompiendo la hasta entonces unión Iglesia-Estado.

Batlle y Ordóñez dejó marcadas unas líneas de políticas y creó un sentimiento Uruguayo que aún hoy en día es alabado por sus conciudadanos que, independientemente del signo político, lo ven como el gran artífice de la política Uruguaya en la llamada etapa de “la suiza de Sudamérica”. Este fue sucedido por Feliciano Viera, el cual daría a Uruguay una segunda constitución que ya estaba impulsada por el gobierno anterior.

El sucesor de Viera sería el joven abogado, Baltasar Brum que aunque no estaba muy conforme con la constitución aprobada por su antecesor, si se vio obligado a ponerla en funcionamiento. Siguió las políticas sociales impulsadas Batlle y Ordóñez y generó una benevolencia en torno a la figura del prócer Artigas, al que erigió una estatua al final de su mandato.

Tras el fin de la era Brum, y utilizando por primera vez el sufragio universal, resultó elegido presidente el economista y matemático José Serrato. El cual generó una prosperidad todavía más grande en la economía del país, creando las cajas de jubilaciones y pensiones civiles y de jubilaciones y pensiones de trabajadores de banco. Negoció un tratado de fronteras con Argentina e instituyó la corte electoral. Además fue el que inauguró el palacio legislativo.

Posteriormente el poder del ejecutivo uruguayo fue a caer en la figura de Juan Campisteguy, aunque ya se empezaba a tambalear el poder económico y político de este hasta entonces próspero país. Campistegui estuvo durante todo su mandato intentando que la economía uruguaya se mantuviera más o menos estabilizada, sobre todo a partir de su segundo año de mandato en el que coincidió con el crack de 1929, que causara gran daño a Uruguay. Tras la crisis comienza en Uruguay una decadencia económica que hará disolver la imagen de poder con el que este país se había llegado a denominar la Suiza de América.

Decadencia política.

Varios factores, entre ellos el desplome de la economía mundial, harán que comience una lenta decadencia económica. Este comienzo de desplome económico queda latente en el gobierno de Gabriel Terra, sucesor de Campistegui en la presidencia de la república.

Terra estará en el poder por un período de siete años, es decir, dos legislaturas democráticamente electo y un año entre estos períodos como dictador tras un golpe de estado perpetuado en 1933. Este golpe hará que el presidente pierda el apoyo de la izquierda uruguaya y de los batllistas. El día del golpe de Estado se disolvieron las cámaras y se cesaron a los políticos de sus cargos públicos. Cabe destacar que el motivo por el que se decreto el golpe fue para calmar las fuertes tensiones que nacieron entre los conservadores catolicistas y los liberales ateístas. Pese a que Terra era liberal y ateo, apoyó a los conservadores, lo que le provocó la división de sus hasta entonces compañeros batllistas.

Durante el tiempo que duró el golpe hubo muchos muertos y detenidos, entre ellos cabe destacar el suicidio del ex-presidente de la república, el señor Baltasar Brum. Su suicidio fue en señal de protesta por la caída de la democracia, lo que hizo a los ciudadanos de la república y a los propios políticos a replantearse si merecía la pena el golpe.

Aún así los enfrentamientos continuaron abiertos en diferentes frentes, el más sonado sería el de Paso Morlán, que concluiría con destierros, detenciones y el confinamiento de 70 presos en la Isla de Flores por motivos políticos, entre estos se hallaban el socialista Emilio Frugoni, el nacionalista Gustavo Gallinal y el Batllista Luis Batlle y Berres.

Además durante el gobierno de la dictadura las relaciones exteriores se redujeron a tratos de alienación con los Estados Unidos de Norteamérica y las islas británicas. El presidente de EEUU, Roosevelt visitó Uruguay en 1936 para firmar los tratados. Durante el gobierno de Terra se consiguió la devolución de una deuda histórica por parte de Inglaterra, que se realizó a cambio de carnes y alimentos, algo novedoso hasta la época y que pocas veces se ha vuelto a repetir en el mundo.

Gabriel Terra rompió relaciones con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) así como con los republicanos españoles, dando grandes apoyos y ayudas a los fascistas europeos (Hitler y Mussolini), así como al General Franco en España.

Terra convocó elecciones generales en 1938, tras las cuales fue sustituido por Alfredo Baldomir, el cual siguió los pasos de su antecesor, aunque de manera más “blanda”.

Baldomir sustituyó la cámara legislativa, el congreso, por un consejo de gobierno, el cual fue instituido de manera pacífica y sin necesidad de recurrir a las armas. El objetivo de este golpe era el de intentar mantener el orden institucional y evitar el deterioro de las instituciones democráticas del país, que desde hacía tiempo se veían amenazadas.

Pese a ello mejoró las relaciones diplomáticas con las potencias del eje, buen ejemplo de estas relaciones es el caso del acorazado alemán Almirante Graf Von Spee, el cual estuvo anclado en el puerto de Montevideo hasta que las presiones de los gobiernos americanos y británicos realizaron contra el presidente Baldomir, el cual tuvo que decretar la salida del buque armado del puerto.

El 21 de Febrero de 1942, último año de su mandato, realizó el llamado “golpe bueno”, tras el que redactó y aprobó una nueva constitución que recuperaba derechos perdidos tras la realización de la hasta entonces vigente constitución redactada en 1934, durante la dictadura de Terra.

Al año siguiente, 1935, y tras los comicios generales, resulta ganador el jurista, Juan José de Amézaga Landaraso, el cual luchó por recuperar las perdidas o deterioradas instituciones uruguayas. Además condenó las dictaduras de sus antecesores Terra y Baldomir, y siguió la línea de este último en cuanto a su política de recuperación económica por medio de leyes como la del consejo de salarios o la indemnización por despidos. Aprobó a su vez leyes de igualdad como la famosa ley para la igualdad de derechos de las mujeres.

Durante todo su mandato tuvo un papel primordial su vicepresidente el Doctor Alberto Guaní, que en legislaturas anteriores había ocupado el cargo de Canciller de la república, por lo que su contribución fue muy importante en este período.

Tras el mandato de De Amezága, fue resultado electo Tomás Berreta que se mantuvo en la presidencia de la república tan solo seis meses, ya que debido a su longeva edad, falleció en el cargo. Por ello debió ser sustituido por su vicepresidente el fundador del Neobatllismo, Luis Conrado Batlle Berres.

Batlle era sobrino del famoso presidente de la república José Batlle, por ello, y ya que al quedar huérfano fue criado por este, siguió una política parecida a la de su antecesor y antepasado en la década de los años 30. Sobre todo en lo referente a comercio exterior, potenciando las exportaciones.

Aunque se debe tildar que durante su gobierno también se consolidó una estructura local, por la cual los caciques compraban los votos de los obreros a cambio de puestos de trabajo en la administración pública. Acto este que trajo serias consecuencias sobre el Uruguay de años venideros. Fue tachado de “mandón” y tirano, además de despreciado por un gran número de miembros del partido rojo, en el que militaba. Aún así logró que su sucesor fuera designado por él y posteriormente reprobado por el pueblo durante los comicios de 1950.

Su sucesor fue el profesor Andrés Martínez Trueba, el cual realizó, nada más ascender al poder, una nueva fórmula política por la que se aprobaba una nueva constitución en 1952 y desaparecía el poder unipersonal imperante en la república hasta el momento, por un poder ejecutivo colegiado. Por ello dejó la presidencia de la república para integrarse en el nuevo consejo Nacional de gobierno.

Este consejo se mantuvo en un primer período democrático integrado por las siguientes personas:

· Juan Francisco Guinchón (1951-1952)- Ministro del interior

· Antonio Gustavo Fusco (1952-1955)- Ministro del Interior

· Manuel Rodríguez Correa (1951-1952)- Ministro de obras públicas

· José Acquistapace (1953-1955)- Ministro de Obras públicas

· Carlos A. Vianna Aranguren (1951)- Ministro de Salud pública

· Federico García Capurro (1952-1954)- Ministro de Salud pública

· Luis Alberto Brause (1951)- Ministro de Ganadería y agricultura

· Juan T. Quilici (1952-1954)- Ministro de Ganadería y agricultura

· Ramón Bado (1954)- Ministro de Ganadería y agricultura

· José G. Lissidini (1951-1952)- Ministro de Industria y trabajo

· Héctor Grauert (1952-1955)- Ministro de Industria y trabajo

· Eduardo Blanco Acevedo (1951-1952)- Ministro de instrucción pública previsión social

· Justino Zavala Muniz (1952-1955)- Ministro de instrucción pública previsión social

· Héctor Álvarez Cina (1951)- Ministro de Hacienda

· Eduardo Acevedo Álvarez (1955)- Ministro de Hacienda

· Celiar Ortiz (1951-1952)- Ministro de defensa nacional

· Ledo Arroyo Torres (1952-1954)- Ministro de defensa nacional

· Juan Pedro Ribas (1954-1955)- Ministro de defensa nacional

· Alberto Domínguez Cámpora (1951-1952)- Ministro de asuntos exteriores

· Daniel Castellanos (1952)- Ministro de asuntos exteriores

· Fructuoso Pittaluga (1952-1955)- Ministro de asuntos exteriores

Tras este período tuvieron lugar unas elecciones democráticas en las que se renovaron los miembros del consejo nacional. Cabe destacar que dentro de estos consejos hay que señalar que aparte de los ministerios que arriba se detallan, existía también una serie de consejeros repartidos de esta forma: seis por la mayoría colorada y tres por la minoría blanca. Siendo presidente de este primer consejo el ex-presidente de la república André Martínez Trueba.

En el período de 1955-1959 hubo otro gobierno electo del consejo nacional, sin que existiera mucha incidencia de este gobierno, ya que pasó sin pena ni gloria.

Se prende la dinamita.

Pero en 1959 se celebraron elecciones al consejo nacional de Uruguay y tras más de noventa años de supremacía del partido colorado, gana estos comicios el partido blanco. Por ello este período de la historia será conocido como “el primer colegiado blanco”.

Esto hará que la oposición del partido colorado sea muy fuerte, prueba de ello son las cincuenta interpelaciones que elevó al consejo en el plazo de cuatro años que duró el gobierno blanco. De esta época es la célebre frase de la senadora colorada Alba Roballo: “A los blancos, ni agua”.

Además por esta época ocurrieron las trágicas inundaciones de 1959, las cuales obligó al inexperimentado gobierno blanco a tomar medidas de emergencia.

El gobierno económico de Uruguay ya estaba agotado del todo, las sustituciones de importaciones después de varias décadas había dejado de ser viable. Lo cual sembró un gran horror entre los economistas nacionales y le creó grandes problemas al entonces ministro de Hacienda, Juan Eduardo Azzini.

Pese a todos estos inconvenientes, el partido blanco logró otra victoria democrática en 1962, comenzando así el “segundo colegiado blanco”. Este aprobó una nueva constitución (1966) en la que desaparecía el órgano colegiado y se recuperaba la antigua figura del presidente de la república uruguaya.

En las elecciones de 1967 resulta ganador el colorado Óscar Diego Gestido Pose. El cuál tuvo que presidir un Uruguay arruinado, con una fuerte inflación y unas deudas internacionales muy abruptas. Al principio de su mandato se le vio como un héroe y su nombramiento fue tomado como una vuelta a la prosperidad del Uruguay de la época de José Batlle. Pero su política consistió en promulgar una ley marcial para controlar el intercambio financiero, lo que provocó la dimisión de varios de sus ministros, y devaluó el peso uruguayo.

Murió de un infarto cardiaco el mismo año de 1967, siendo sustituido por su vicepresidente electo Jorge Pacheco Areco. El cual tuvo uno de los mandato más problemático de la historia, ya que se encargó de luchar contra las guerrillas que se estaban gestando en todo el país, entre ellas se hallaba la guerrilla de liberación Nacional- Tupamaros. Además censuró periódicos y se prohibieron partidos políticos como el partido socialista de Uruguay.

En 1971 decretó una ley que ordenaba a las fuerzas armadas realizar una lucha antisubversiva. Sembrando las bases para el posterior golpe de Estado en 1973.

Tras el mandato de Pacheco, subió al poder el político Juan María Bordaberry, el cual se mantendría democráticamente en el cargo de presidente de la república durante los años 1971- 1973, año en el que daría un golpe de Estado y se proclamaría en el poder como presidente de un consejo de Estado, anulando los derechos civiles, otorgándole el poder a las fuerzas armadas e instituyendo un gobierno fascista. Es apoyado por el ejército en la ascensión al poder hasta junio de 1976, en el que es obligado a dimitir y es nombrado sucesor a Alberto Demicheli, que posteriormente designara a Aparicio Méndez hasta el final de la dictadura.

Nota al lector:

Lo anteriormente relatado es el Uruguay que fue antes y durante los primeros años del grupo de liberación nacional- Tupamaros. Para entender el porqué proliferaban estos grupos guerrilleros hay que comprender como Uruguay pasó de ser una de las naciones más ricas y prósperas del mundo, a una de las más paupérrimas. La sociedad uruguaya estaba muy enojada con el fin de las instituciones y tan solo deseaban volver a tener un poco de estabilidad política, en vista que eso que tanto anhelaban no eran capaces los políticos de reforzar, los uruguayos decidieron tomar las armas y unirse para, por lo menos ganar seguridad y bienestar social.

En los años anteriores y presentes de la dictadura militar hubo muchos grupos y guerrillas que intentaron ganarse el poder por medio de las armas, así como sembrar el caos y el desorden para derrocar a los gobiernos. A continuación se relatará tan solo el uso y práctica del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros (MLN-Tupamaros), aunque hay que tener en cuenta que existían muchos más y no todos tenían misma ideología ni organización.

A continuación la historia de Uruguay y los Tupamaros seguirá un mismo hilo conductor, en el que los episodios causados o desencadenantes de la acción tupamara serán relatados como acontecimientos históricos de Uruguay y del MLN-Tupamaros.

La historia de Uruguay se retomara a través de la historia de los Tupamaros a partir del nombramiento de facto de Demicheli en 1976.

El movimiento de liberación Nacional.

Durante los primeros años de la década de 1960, la política y economía uruguaya era un hervidero que amenazaba con explotar por algún lado. Finalmente esa “dinamita” eclosionó. De esta explosión nacieron diferentes organizaciones que decidieron integrarse para luchar por el bienestar de los uruguayos y de la nación en general. Una de estas organizaciones fue la denominada Movimiento de liberación Nacional- Tupamaros, que se formó por varios integrantes de la izquierda uruguaya, entre los que se podían encontrar anarquistas, Maoístas o Socialistas. Al final se decantaron por adoptar una postura marxista, pero agresiva, es decir a través de las armas dejarían claros sus planteamientos.

En 1965 el movimiento estaba realmente constituido y funcionando como tal, para ello se nombró a jefe de la organización al actual senador uruguayo, Eleuterio Fernández Huidobro.

“El nombre de Tupamaros lo tomamos del mote despectivo que las autoridades españolas de la época colonial en el río de la plata daban a los que se sublevaban en el año 1811. Ellos a su vez lo acuñaron por el jefe indio José Gabriel Condorcanqui, llamado Tupac Amaru II”.- Fernández Huidobro.

Este fue el nombre por el que se conoció a los seguidores del movimiento de liberación nacional, los tupamaros. Aunque cabe destacar que si bien el grupo estuvo en mantenimiento desde comienzos de la década de los sesenta, no será hasta mediados, más concretamente hasta 1964 que aparezca este nombre escrito en un volante lanzado en una convención universitaria. En el volante podía leerse el siguiente lema: “T.N.T.: Tupamaros no transigimos”

Al principio la organización solo se utilizó para hacer acopio de materiales explosivos y armas para una posible futura lucha, aunque la realidad del momento muestra que la población uruguaya estaba muy al corriente de las acciones de este grupo paramilitar, y ya desde su génesis se empezaban a reñir posiciones a favor y en contra de este grupo, ya que desde 1904, con la derrota de la dictadura militar de Saravia no era necesario el uso de la fuerza armada civil.

En el año de 1966, los medios de comunicación anunciaban que gracias a la acción policial uruguaya, los tupamaros habían desaparecido. Tras el fin del grupo, una serie de miembros del grupo buscaron la manera de financiarse para renacer de las cenizas y volver a la fuerza armada.

Y así fue cuando los noticiarios y periódicos de la república comentaban el asesinato por miembros de la organización tupamara de miembros de la policía acusados de maltrato a prisioneros políticos. Cabe destacar que en esta época comienza a gestarse una supremacía del poder policial que queda latente en la práctica sistemática de torturas a prisioneros, sobre todo a presos políticos.

Tras el renacer de la organización los Tupamaros se sirvieron de la propaganda política para expandir sus actos y sembrar el miedo entre los políticos del momento y de los altos mandos de las fuerzas armadas. Fue una propaganda muy agresiva que logró la concienciación de una gran masa de población, que pasó a afiliarse al movimiento.

Para evitar esto las autoridades de la época prohibieron la publicación de noticias ni a favor ni en contra de los Tupamaros. Se secuestraron todas las revistas o periódicos que los nombraran, aunque fuera muy superficialmente. Por ello los tupamaros pasaron a llamarse los “innombrables”.

Aún así esta organización se fue convirtiendo cada vez más famosa, e incluso traspasó fronteras. Sobre todo a raíz de la publicación de algunas de sus hazañas, como por ejemplo el secuestro de un camión lleno de alimentos que posteriormente fue repartido su contenido entre los más desfavorecidos.

Este grupo creó rápidamente el rechazo de todos los partidos políticos uruguayos, sobre todo de las particiones blancas y coloradas. Aunque otros partidos como el comunista de Uruguay, condenó estas acciones duramente en un principio, pero posteriormente se fue acomodando y dejó de arremeter contra estos exaltados. Seguramente por la cantidad de personas que se habían adherido a la causa.

La verdad es que no se sabe con exactitud la cantidad de miembros que regentaban a los tupamaros antes de la dictadura, pero fuentes oficiales de la época, hacían una aproximación de entre 6.000 y 10.000 personas. Como se puede averiguar pocos documentos firman unos guerrilleros y mucho menos la cantidad o nombre de sus miembros, por ello es imposible saber el número exacto.

Por el año 1970 los tupamaros desencadenaron la mayor red de fuerza de toda su historia. Realizaban tantas actividades que las fuerzas del orden público se veían desbordadas. Esta saturación hizo que la mayoría de las acciones tupamaras quedaran impunes ante la ley, animando al grupo a promover y realizar más acciones delictivas.

En esta fecha realizaron además una de las acciones terrorista más influyente en la historia no solo de Uruguay, sino que conmocionó a la opinión pública internacional. Se trató del secuestro armado de Dan Mitrione, agente asesor de la United States Agency for International Development (USAID), que había sido enviado para enseñar a las autoridades uruguayas como se podían utilizar unos medios de persuasión y tortura más eficientes en el país.

Cabe destacar que en esta época hay un elemento silencioso en Sudamérica, y por supuesto en Uruguay, que es la estancia oficial o extraoficial de agentes o colaboradores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos de Norteamérica (USA), que habían tomado a los gobiernos de los países con la intención abierta de ayudarles a mantenerse cautos de la crisis económica y política, pero que en cubierto el objetivo de estos agentes no era otro más que el de trasladar a los gobernantes de estos países la firme transparencia de una economía próspera pro-estadounidense. Por lo tanto, esta acción estadounidense que en principio podría parecer beneficiosa para los países, ya que intentaba preservar las democracias y el bienestar de sus habitantes, era en realidad una tapadera para vender productos de Norteamérica a los paupérrimos habitantes sudamericanos, que a cambio poseían materias tan primordiales en Norteamérica como el petróleo o el caucho. Es importante llegados a este punto añadir que los tupamaros sabían de las verdaderas intenciones de estos agentes en cubierto, por ello sus acciones terroristas se vieron potenciados en el punto de eje de estos pseudo-espías.

Además el estado de nerviosismo y terror que se escondía en la sociedad, por la pérdida y desfragmentación de las instituciones republicanas es lo que hará que proliferen los movimientos tupamaros. Fortalecidos por el rechazo a estos agentes del orden extranjeros (estadounidenses) que posteriormente serían uno de los factores que propiciaron el golpe de estado y la dictadura que con el convino.

Volviendo al tema escalofriante del secuestro de uno de los grandes dirigentes de la política exterior norteamericana, hay que indicar que no se quedó en una simple detención forzosa del secuestrado, sino que además los tupamaros cumplieron con sus amenazas y lo asesinaron en Agosto de ese mismo año de 1970.*

También es importante resaltar la fuerza y dinamismo con la que funcionaban los integrantes del movimiento, ya que realizaron a la perfección acciones que precisaban de una coordinación exacta de todos ellos, realizándolas siempre en cubierto de las autoridades competentes. Claro ejemplo de ello es la fuga de la prisión de punta carretas (1971), en la cual escaparon, en una de las fugas más grandes de la historia de la humanidad, más de un centenar de presos.

Pero no sólo se especializaron en la lucha armada, sino que también formaron un grupo político que tenía como objetivo defender a los tupamaros y sus acciones en las instituciones de la república uruguaya. El partido se llamó el movimiento de independientes 26 de marzo, que tras su fundación pasó a unirse a una coalición de izquierdas llamada Frente amplio. Además de en la esfera política el partido les permitió cultivar a la par el terreno sindical y social uruguayo.

*Este acto ha quedado recogido cinematográficamente en la película, inspirada en este hecho, titulada “Estado de Sitio” (Etat de Siege), del director greco-francés Costa Gavras.

Cabe señalar que en un principio los tupamaros, no denominaron ni reconocieron su organización cómo un partido políticos, sino que lo denominaron como un “movimiento que agrupa a militantes comprometidos para realizar una tarea con ciertos postulados mínimos y un plan de acción común enmarcado dentro del que trace el Frente Amplio, desarrollando, paralelamente, una estrecha coordinación con todos los sectores, sin excepción. Este quehacer no implica una ideología rectora ni una disciplina estricta, como la que exige la existencia de un partido”- Estatutos de creación del Movimiento 26 de marzo.

Se formó un comité ejecutivo encargado de coordinar y promover el Movimiento 26 de marzo. Entre los dirigentes más destacados cabe mencionar al escritor Mario Benedetti, Daniel Vidart y Domingo Carlevaro Bottero, los cuales fueron los grandes idearios de la organización. El ejecutivo se reunía periódicamente, en la casa del citado Vidart, cita en la calle Zubillaga 1117, dónde se acordaban los pasos a seguir y el eje en el que se moverían sus acciones políticas, siempre respetando las decisiones del Frente Amplio.

El Frente Amplio, y con ellos el movimiento de independientes 26 de marzo (M26), se presentó por primera vez a las elecciones generales de 1972, en unos comicios que fueron acusados de fraudulentos por el Partido Nacional. Aún así los resultados electorales quedaron con una representación mayoritaria del partido Colorado que logró el 40,3% de los votos, frente a un 40,1% del Partido Nacional. El Frente Amplio se convirtió en la tercera fuerza política con un 18,6% de apoyo en las urnas.

Tras estos agitados comicios, resultó electo Juan María Bordaberry el cual prohibió los partidos políticos y posteriormente daría el golpe de estado que desencadenaría en la dictadura militar uruguaya. Por ello el movimiento se vio obligado a desaparecer y no realizó acción política hasta el final de la dictadura.

También fueron años difíciles para el movimiento de liberación nacional, ya que las fuerzas armadas tomaron preso a la mayoría de los integrantes del grupo, y muchos otros se vieron obligados al exilio para poder mantener su libertad. Por lo tanto se puede afirmar que el movimiento de liberación nacional tupamaros quedó prácticamente extinguido en Uruguay.

Hay que señalar que la victoria contra los tupamaros, y el ansia del ejército de querer acabar con los demás grupos de la izquierda radical es uno de los antecedentes más importantes del golpe de Estado, ya que fue el paso previo desde lo que se llamó una lucha contra la sedición, a lo que fue una dictadura de corte militar.

Guerrilleros por la libertad.

Este capítulo se ha titulado guerrilleros por la libertad, porque si bien cuando aquel 27 de junio del año 1973, cuando en Uruguay desaparece la democracia y los derechos de los ciudadanos, no desaparece algo tan importante como la fuerza de los libertadores, de aquellos soñadores que amaban volver a lo que se fue, de esos que ahora abarrotaban cárceles y eran ajusticiados o exiliados en devenir del bien común de un Estado dictatorial. Por ello se debe señalar desde un principio que si la organización de los tupamaros había sido desmantelada por el ejército, si se hallaban sus miembros dispersos por el país, bien en cárceles, bien en el exilio o en libertad. Pero una cosa jamás pudo reprimir el gobierno, los sentimientos de un pueblo que añoraba la democracia, esa democracia por la que tantos dieron su vida.

El movimiento estaba desmantelado y los cabecillas de los tupamaros se hallaban en prisiones. Tenían prohibida la comunicación con el exterior y mucho menos la comunicación entre ellos. Por aquel entonces los grandes presos tupamaros eran:

· Raúl Sendic: Fue uno de los fundadores de la guerrilla, en los años 60. Por ello cuando fue tomado como rehén por las fuerzas armadas durante la dictadura, tuvo que verse reducido a una condición infrahumana durante 12 largos años. Además, al igual que el resto de compañeros, vivía bajo la amenaza de que sí los tupamaros llegarán a realizar una acción por verosímil que fuera, él y el resto de los jefes serían rápidamente sacrificados. Actualmente sus condiciones de arresto durante la época han sido fuertemente recriminadas por la cruz roja internacional. De Raúl cabe decir que si bien estaba condenado al igual que el resto, a no poder hablar con nadie del exterior de la prisión, si se las ingenió para hacer llegar escritos realizados en papelillos de fumar que sacaban de su ropa cuando la llevaban a limpiar. Fue indultado en marzo de 1985 tras la caída del régimen.

“No estábamos solos, sino que un gran sector popular nos dio aliento en aquella década del 60 tan convulsionada... La iniciativa nuestra de dar un paso adelante en las luchas sociales fue después de tipo militar, desde el momento en que los militares atacaron las manifestaciones populares con gran saldo de muertos y después invadieron todas las instituciones (...) Seguimos (1988) sin embargo, con nuestra propuesta política adelante, sabiendo que no somos dueños de la verdad. No nos consideramos vanguardia de nada, sino uno de los elementos que contribuirán a llevar adelante la lucha del pueblo uruguayo. (Hablando de la guerrilla) tenemos que contemplar la mentalidad de un pueblo (...) que conserva una serie de tradiciones pacíficas y que nosotros tratamos de contemplar en nuestra etapa anterior, cuando hacíamos aquella famosa guerrilla de guante blanco, buscando la menor violencia posible.”- Raúl Sendic

· Eleuterio Fernández Huidobro: Fue fundador y durante muchos años el líder del movimiento. Luchó con fuerza por la igualdad de los uruguayos. Fue uno de los fugados de la prisión de punta carretas. Ha publicado una gran cantidad de obras literarias e históricas, muchas de ellas con los tupamaros como protagonistas. Además ha recibido una gran cantidad de premios por sus escritos, que son leídos en todo el mundo. Aunque al estar encarcelado durante la dictadura sus obras debieron esperar el detenimiento del poder dictatorial para ver la luz. Al igual que su compañero fue indultado y puesto en libertad en marzo de 1985.

· Mauricio Rosencof: Era el verdadero dirigente de los tupamaros, por ello su captura fue muy celebrada en las filas de los militares. Él había fundado la unión de juventudes comunistas, esto unido a su condición de dirigente tupamaro, hizo que se detención fuera la más dura de todas, sufriendo verdaderas atrocidades y sobreviviendo a horribles torturas. Pero el cautiverio no le impidió el poder escribir, su gran pasión. Por ello a su liberación en 1985, publicó la obra que había escrito en prisión, titulada la margarita. En la actualidad es un gran dramaturgo con varias obras publicadas, muchas de ellas con reseñas de su época de preso o tupamaro.

· José Mujica: Fue uno de los grandes dirigentes tupamaros, gracias a ello se vio condenado a 14 años de prisión, lo que no le valió para que al acabar la dictadura siguiera ejerciendo la pasión por cambiar las cosas, solo que en vez de las armas, esta vez decidió hacerlo a través de la política democrática. En la actualidad incluso es el representante su partido en las próximas elecciones a presidente de la república.

· Jorge Zabalza: Tal vez sea de todos los detenidos tupamaros, el más radical de todos, tanto en sus discursos como en sus acciones paramilitares. En 1969 y tras el golpe tupamaro conocido como “Toma de Pando”, su hermano Ricardo es dado muerto por los militares. Acto este que hizo que Jorge se radicalizara hasta el punto de que incluso tras el fin de su cautiverio y ya en libertad, acabada la dictadura, él haya seguido apoyando la lucha armada no tan solo en Uruguay, sino que incluso en países extranjeros, como en España, él es un gran partidario de la banda terrorista ETA.

De los otro cuatro cabecillas que también se vieron en iguales circunstancias que los anteriores se sabe menos de ellos y tampoco realizaron hazañas tan extraordinarias como los anteriores, aunque no por ello dejaron de ser un referente de fortaleza tupamara durante estos años tan duros. Sus nombres eran: Adolfo Wasen, Julio Marenales, Enry Engler y Jorge Manera. En total conforman los 9 dirigentes tupamaros que ingresaron en prisión pero que tras el golpe militar fueron relegados al grado de rehenes y amenazados de muerte en caso de que algún compañero o exaltado tupamaro realizara la más mínima operación terrorista.

El grupo de los tupamaros siguió teniendo un fuerte impulso en el exilio y eso supuso que el espíritu de la organización no muriera del todo durante los años de la dictadura cívico-militar. Los apoyos exteriores que los tupamaros forjaron hicieron posible la ayuda a los uruguayos que permanecían bajo el yugo dictatorial y la contribución de estos exiliados fue muy contribuyente para retomar el cauce democrático.

Hay que recordar que Uruguay es un país que en el año 2004 contaba con una población de 3.241.003 habitantes. En una dictadura tan prolongada y en el que murió y desapareció una cantidad tan grande de ciudadanos, raro es el hogar uruguayo en el que el sentimiento desolador de esta dictadura no se halle latente incluso en la actualidad. Además de la cantidad de uruguayos que militaron en los tupamaros y que aún hoy viven en Uruguay. Por ello el tema de los tupamaros y de la dictadura no es un tema pasado es un tema de actualidad en el recuerdo de todos los habitantes de la república.

Democratización del movimiento.

La dictadura concluyó al ser nombrado durante cinco años a Aparicio Méndez que sucedió a Demichelli en la presidencia de Uruguay. Méndez intentó aprobar un plebiscito en 1980, por el cual legitimaría el poder de la dictadura, pero al encontrarse con el fuerte rechazo del electorado, se vio obligado a retornar la democracia y retirarse de la política. Como curiosidad se indica que murió justamente el mismo día que se conmemoraba el decimo quinto aniversario del golpe de Estado, en el que él había sido protagonista directo.

En febrero de 1981, un grupo de uruguayos exiliados en la capital galesa, París, deciden refundar al partido que había dado representación parlamentaria a los tupamaros. Para desarrollan los estatutos en los que se recogía que el nombre seguía siendo el mismo a excepción de la palabra independientes que desaparecía, para evitar comparaciones con el partido anterior al grupo, de esa forma el partido se denominó el movimiento 26 de marzo. Sus ideologías seguían siendo Marxista-Leninista. Volvió a integrarse en la coalición de izquierdas Frente Amplio.

Tras la caída del régimen volvió la instauración democrática, con ella la vuelta de los exiliados y por supuestos los militantes tupamaros. Estos se integraron rápidamente dentro del movimiento 26 marzo, y por tanto volvieron a ejercer su derecho al voto.

Además el parlamento se vio obligado tras la presión popular a liberar a los presos políticos del grupo de los tupamaros que se hallaban en la cárcel desde la dictadura y aprobó además una ley de amnistía para estos presos.

Entones los antiguos tupamaros decidieron reunirse para tomar las decisiones política pertinentes. Para ello se reunieron unos 500 afiliados en un congreso que reestructuraría al grupo. Se aprobaron los nuevos estatutos y se perfeccionó la nueva organización jerarquizada.

Por aquel entonces los conservadores uruguayos vaticinaron una corta vida para esta organización, pero esto no fue así gracias a que en 1987 se iniciaron conversaciones políticas que le brindaron un fuerte beneficio electoral. En esas conversaciones se aprobaron varias bases políticas de apoyo mutuo entre el movimiento y partidos de izquierda.

El resultado de todas estas conversaciones fue la conformación de un organismo político denominado Movimiento de participación popular (MPP). Quiere decir que el movimiento no lucharía solo por el ámbito político, sino también el social y económico del país, además de cultivar otros campos como el de la cultura.

Este movimiento concurrió a las elecciones de 1989 en las que logró 2 diputados en las cortes del país. Lo cual supuso un gran éxito y una recompensa a tantas décadas de trabajo. Ya en 1997 contaba con dos diputados en las cortes y un senador en la cámara alta, así se apreció la subida de este movimiento en Uruguay.

Entonces ocurrió una separación de los miembros del 26M, logrando que en 2008 el movimiento que representa a los tupamaros abandona el frente amplio para adherirse al nuevo partido político llamado Asamblea popular, de reciente creación en el año 2006. Actualmente la cabeza visible del 26M es Eduardo Rubio.

Cabe señalar que en la actualidad se halla un ex dirigente tupamaro en la lucha de las primarias del Frente Amplio para optar a las próximas elecciones a presidente de la república Oriental del Uruguay. Así que puede que la próxima persona que sustituya a Tabaré Vázquez al frente de la República Oriental de Uruguay sea el señor Mújica, ex dirigente tupamaro y ex ministro de Ganadería.

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